jueves, 24 de noviembre de 2011

To kill a mockingbird (Matar a un ruiseñor)


Título: To kill a mockingbird (matar a un ruiseñor)
Año: 1962 /129'/ EE.UU.
Dirección: Robert Mullligan
Guion: Horton Foote (novela de Harper Lee)
Música: Elmer Bernstein
Fotografía: Russell Harlan
Reparto: Gregory Peck, Mary Badham, Brock Peters, Phillip Alford, John Megna, Frank Oberton, Rosemary Murphy, Robert Duvall.


Imprescindible e inolvidable película en la que es difícil encontrar algo que no sea excelente, guion sólido, dirección magistral, actuaciones exquisitas y una historia tan humana como bien contada.
Lo mejor de la película es la forma tan serena y equilibrada en la que la narración va tomando forma, cómo los puntos de giro y los clímax van sucediendo en el momento justo, cuando tienen que suceder. Esa cadencia que nos conduce por un universo tan pequeño como el pueblo en el que se concentra la narración tiene, sin embargo, una lectura mucho más lejana porque se habla, no cabe duda, de cosas universales.
La bonhomía es un concepto que no está de moda, todo hay que decirlo, pero el centro de la narración es la caracterización de un personaje cuya principal virtud es principalmente la bonhomía. Electrizante el momento en el que la población negra se levanta respetuosa de sus asientos cuando el protagonista abandona la sala, y el detalle definitivo de esa escena es que él mismo ni se da cuenta del callado homenaje, del profundo respeto que levanta sobre esa gente. Una escena para la memoria.
Disfrutar de la manera en la que están tratados los personajes infantiles, niños de verdad que sin un ápice de resabia dicen y hacen lo que todos hemos leído que hacían los niños de esa época, niños que son los que reciben el aprendizaje silencioso de la vida de su padre y a quien va dirigido este largo flash back introducido por una cuidada voz en off que no dice más que lo que tiene que decir.
La maravilla de esta película es haber conseguido hablarle a todo el mundo porque desde ese microcosmos, insisto, se abrazan momentos de gran altura porque se ve entre líneas que es la totalidad lo que se quiere abarcar.
Llenarse con esos planos tan cuidados, con los silencios y los movimientos justos, los encuadres casi perfectos en muchos momentos, las caracterizaciones psicológicas tan precisas, tan suscitadas por una cámara que muchas veces no se mueve de una calle en la que sin más, la vida pasa. Pasa a través de los ojos de unos niños que no saben la suerte que han tenido de haberse cruzado con la bonhomía.
Un regalo de película.

Lo mejor: El guion, los actores.
Lo peor:
Imprescindible



miércoles, 23 de noviembre de 2011

Life in a day (La vida en un día)


Título: Life in a day (La vida en un día)
Año: 2.011/ 90'/ Gran Bretaña
Dirección: Kevin McDonald
Música: Harry Gregson-Williams, Matthew Herbert
Fotografía: Soma Helmi
Documental

Documental que narra las idas y venidas en un día, el 24 de julio del 2010 en la vida de aquellas personas que quisieron grabarse y enviar sus filmaciones para este proyecto.
El resultado es una mirada sincera, directa y ágil a la visión de un trozo de la humanidad que bien podría valer por su totalidad.
La forma temporal y temática en la que el documental está desarrollado es de una plasticidad sobresaliente, existen planos de una gran belleza, atardeceres y amaneceres que dicen mucho del momento y de la sensibilidad de la persona que empuñaba la cámara.
El mérito, indudablemente, consiste en una edición fuera de serie. La elección de los momentos y los temas acude a mostrar sin artificios, ni actores una buena variedad de temas fundamentales para comprender el corazón más profundo de los sentimientos que preocupan a la humanidad.
Amor, muerte, soledad, esperanza, dolor..., la relación de los temas que están plasmado en la plasticidad de las cámaras anónimas, o por lo menos, casi anónimas, dice mucho más que sesudos informes sociales.
Los retazos de cámara hipnotizan al espectador porque bien podía ser él quien estuviera recitando ese guion oculto en los pasos que nos llevan cada día en los brazos del tiempo. Bien podría ser él quien sintiera la necesidad de atrapar la magia de ese momento, o al menos intentarlo porque ya se sabe que toda cámara desvirtúa la realidad y la percepción de quien la está manejando.
El momento libre, desprovisto de artificios, aunque en este caso sean mínimos reposa en los miles de millones de anonimatos que cada día siguen, seguimos, luchando o disfrutando, depende de la hora.
La magia de las imágenes y de las palabras tiene un aliado de peso en una banda sonora que poetiza los encuadres y consigue, todavía más, valorizar los sentimientos.

Lo mejor:  La idea
Lo peor: Se recrea en alguna historia más de la cuenta
Recomendable


domingo, 20 de noviembre de 2011

The devil's double


Título: The devil's double
Año: 2.010/ 108'/ Bélgica
Dirección: Lee Tamahori
Guion: Michael Thomas
Música: Christian Henson
Fotografía: Sam McCurdy
Reparto: Dominic Cooper, Ludivine Sagnier, Raad Rawi, Mem Ferda, Dar Salim, Khalid Laith.

De las películas que Lee Tamahori ha firmado, no se puede decir que su carrera merezca un especial interés, pero es cierto que, probablemente, ésta sea su película con mejores resultados.
Next, 2.007, se convirtió en el principio del fin de Nicholas Cage y Tamahori necesita ganar credibilidad perdida.
De alguna manera, The devil's double, podría significar el relanzamiento de su carrera si nos atenemos a la primera media hora de película, pero si nos fijamos en la última, las cosas cambian.
No cabe duda de que lo más interesante de la producción es la actuación de un sobresaliente Dominic Cooper que realiza un gran trabajo y también la historia que pretende narrar que es a la vez dura e interesante por lo que supone de historia reciente.
Pero Tamahori no consigue que su película despegue porque camina de manera irregular entre la indefinición de no saber muy bien qué querer contar.
Entre la denuncia de una realidad social y política contando con el sufrimiento de las víctimas pasando por la caracterización psicológica del protagonista, la película se pierde sin saber encontrar una linea a la que querer mostrar fidelidad.
En los primeros minutos de drama los resultados son esperanzadores porque existe una línea de narración pero, a medida que el tiempo transcurre, esa apuesta va perdiendo fuerza en favor de otros líos en los que se va zambullendo hasta el estrépito final en la que jugamos casi a James Bond con malas armas y un poco de ridídulo.
Ese estrépito final no omite que, por momentos, se había conseguido una identidad como película y como mensaje que, por desgracia, insisto, se cae como un castillo de naipes.

Lo mejor: Dominic Cooper
Lo peor: La última media hora
No recomendable



sábado, 19 de noviembre de 2011

The Nutcracker 3D (El cascanueces 3D)


Título: The Nutcracker 3D (El Cascanueces 3D)
Año: 2.010/110'/ Gran Bretaña
Dirección: Andrei Konchalovsky
Guion: Andrei Konchalovsky, Chris Solimine
Música: Eduard Artimiev
Fotografía: Mike Southon
Reparto: Elle Fanning, Nathan Lane, John Turturro, Frances de la Tour, Richard E. Grant, Yuliya Vysotskaya, Aaron Michael Drozin, Charlie Rowe

Irregular reparto para un producto navideño que persigue al público más infantil. Nathan Lane y John Turturro sobresalen demasiado del resto del reparto. Especialmente desafortunadas son las interpretaciones de Elle Fanning y la de un histérico más que histriónico Richard E. Grant quien todavía tiene mucho que purgar por infamias que ha cometido en su dilatada carrera.
Se explota el maniqueísmo necesario en todo enredo dirigido a niños con la puesta en escena de un interesante contrapunto en forma de ratas, pero esos elementos que doy fe que interesan a los niños, sin embargo, hacen que el clásico pierda buena parte de su valor original para adentrarse en los vericuetos de historias más guerreras y menos inteligentes. Sorprendentemente, el resultado final se parece mucho más a Peter Pan que al Casacanueces por mucha fidelidad al primer acto del ballet original que se consiga. Visualmente es efectista.

Lo mejor: Turturro
Lo peor: Richard E. Grant
Los niños la disfrutaron


viernes, 18 de noviembre de 2011

Le concert (El concierto)


Título: Le concert (El concierto)
Año: 2.009/ 119'/ Francia
Dirección: Radu Mihaileanu
Guion: Radu Mihaileanu
Música: varios
Fotografía: Laurent Dailland
Reparto: Aleksei Guskov, Mélanie Laurent, Dmitri Nazarov, Valeriy Barinov, François Berléand, Miou-Miou, Lionel Abelanski, Vasile Albinet, Laurent Bateau, Ramzy Bedia

Película bienintencionada que no consigue cumplir sus objetivos por dos motivos, un guion con serios problemas en los que es muy difícil de justificar algunas de sus decisiones y de sus elecciones y unas interpretaciones flojas en los papeles principales. 
El papel que protagoniza Aleksei Guskov necesita otro tono que no el autismo alcohólico del que dota a su personaje, éste debe ser el núcleo de la historia y no engancha en ninguna escena, especialmente bochornosas las últimas. Mélanie Laurent pivota entre el divismo y el sinsentido de una actuación poco sentimental que lleva a no entender el centro de la narración. Lo mismo cabe decir de Miou-Miou que no otorga credibilidad a un personaje que si bien es secundario cumple un papel central en la obra.
Por parte del guion son demasiados los porqués que se quedan fuera de la comprensión para que el trabajo suene a meritorio, no hay mucho sentido en la premisa principal del enredo, no sabemos por qué se le ha mentido a la protagonista durante todos esos años. La música, si bien es una parte fundamental, no sirve para explicar todo.
El tono Kusturica que se pretende dar a algunas escenas es de lo mejor, pero no es suficiente para arreglar los serios problemas que acechan ese guion.
Con un guion de parecidos evidentes, Machan, Pasolini 2008, está años luz de la de Radu porque la estructura, el tono, el guion, los actores y el mensaje están mucho más marcados y son mucho más coherentes.
En este caso el naufragio es evidente porque fallan los elementos principales de la narración, ¿problemas de edición?.
Una pena porque existen ideas y algunos actores, principalmente, Barinov que merecen otros resultados.
Lo mejor es el tono ácido de crítica pero que pasa desapercibido porque nos centramos en los defectos de bulto.

Lo mejor: Barinov
Lo peor: El guion
No recomendable



miércoles, 16 de noviembre de 2011

Carnage (Un dios salvaje)


Título: Carnage (Un dios salvaje)
Año: 2.011/ 89'/ Francia
Dirección: Roman Polanski
Guion: Yasmina Reza, Roman Polanski (Novela: Yasmina Reza)
Música: Alexandre Desplat
Fotografía: Pawel Edelman
Reparto: Kate Winslet, Christoph Waltz, Jodie Foster, John C. Reilly

Película mucho más que interesante que desgrana, partiendo de una anécdota, muchas opiniones sobre la naturaleza humana.
Con un formato muy teatral que enriquece mucho la película y la narración, los actores juegan, también formalmente, un papel decisivo. Y, en este caso, el papel es valiosísimo; definitivamente, Kate Winslet ha mejorado tanto que empiezo a perdonarle sus errores de juventud, su actuación es intensa y poderosa, muy alejada de los clichés en los que se había encasillado al comienzo de su carrera.
Jodie Foster tiene el papel más complicado porque en esta secuela de Lord of The Flies, 1.963, Peter Brook, los chicos han crecido y acorralan a la que, supuestamente, defiende los valores ilustrados, la actriz cumple con creces en las fronteras de la histeria y la razón, aunque al final sucumba a la tentación de la matanza, un buen trabajo.
Christoph Waltz y John C. Reilly, especialmente este último, están en los mejores papeles que les he visto.
Pero lo que es cierto es que gracias a la actuación de los cuatro, la película tiene un plus.
Son varias las intenciones del guion, en primer lugar, el humor cumple un papel primordial como queda sobradamente demostrado en los últimos planos de la película. 
Pero ese humor ayuda a contar lo que se quiere contar, y las duras críticas a los valores de la modernidad, situando la película bajo el manto de la postmodernidad son accesorios más bien. Lo que late en cada fotograma de la película es la incapacidad de los seres humanos para lidiar con sus sentimientos y sus decisiones. Lo que realmente explota no son los diferentes puntos de vista sobre el incidente sino el transfondo que subyace en cada relación que se libera en el peor momento posible. Quizás en esta parte hay algún momento forzado en aras de conseguir agilidad y un metraje no demasiado largo; el crescendo, pese a ser bueno, acelera demasiado.
Carnage es una matanza, una carnicería, pero lo que se degüella en esta producción no son valores, son sentimientos; en cuanto cada uno de los personajes deja asomar su intimidad, los demás no dejan asomar un instante de tregua, degüellan a su víctima con la misma ferocidad con la que los niños asalvajados pedían a gritos la sangre de sus oponentes, básicamente por falta de respeto y de compromiso con el otro.
Lo que se refleja es cómo esa falta de compromiso y de empatía puede conseguir que la sociedad se convierta en una carnicería porque ni siquiera dentro de la pareja existe ese respeto y compromiso.
Hay un momento clave que aclara esto, es el momento en el que Michael dice que nacemos solos y morimos solos. Eso acerca su punto de vista a los planteamientos de Hobbes y a los de aquellos que consideran que la naturaleza humana es mala, sólo el miedo al más fuerte evita la guerra social; en Carnage, late la misma opinión sobre la naturaleza humana en la que la ausencia de sentimientos para con el otro despierta lo peor de cada individuo, incluso destruyendo los lazos que los mantienen unidos. Se desata así la guerra de todos contra todos, una carnicería, pero eso sí, con un profundo sentido del humor.

Lo mejor: Los cuatro actores, el humor
Lo peor: Algún desajuste de guion
Buena y recomendable




lunes, 14 de noviembre de 2011

Mientras duermes


Título: Mientras duermes
Año: 2.011/ 107'/ España
Dirección: Jaume Balagueró
Guion: Alberto Marini
Música: Lucas Vidal
Fotografía: Pablo Rosso
Reparto: Luis Tosar, Marta Etura, Alberto San Juan, Petra Martínez, Carlos Lasarte, Pep Tosar, Amparo Fernández, Oriol Genís, Iris Almeida

Balagueró tiene una carrera de luces y sombras en la que pensan más las luces que han sido muchas y esperemos que sigan siendo.
Ésta es su mejor película hasta el momento. He leído críticas en las que se dice que determinado suceso o personaje de la trama no tiene sentido. No estoy de acuerdo con ese análisis, creo que los titulares de los periódicos nos siguen demostrando cada día que lo imposible no existe. De un guion hay que analizar la coherencia interna de sus planteamientos, pero no los planteamientos mismos que son los que el guionista y el director quieren que sean, podemos estar de acuerdo o no, criticarlos o no, pero la posibilidad de que eso exista ya está planteada, a partir de ahí, juzguemos su lógica interna.
Y la lógica interna de este thriller psicológico es poderosa.
Poderosa porque está asentada sobre dos principios muy claros, la definición psicológica de una personaje enseñada en la sucesión de unos cuantos días y el desempeño de uno de los actores más en forma del cine español, Luis Tosar.
Una vez más, Tosar ofrece un catálogo de lo que debe ser una actuación, sencillamente fantástico. Otorga a su personaje de los suficientes matices para que su miedo, sus dudas y su humanidad, que también la tiene, trasluzcan a lo largo de los minutos. Tosar es un actor que ofrece un plus, un plus de naturalidad y de sentido callejero que vivifica sus personajes como pocas veces se ha hecho, dentro o fuera de nuestras fronteras. 
Además el guion ofrece un planteamiento válido e interesante, qué hacer cuando uno se cree merecedor de una felicidad que se le escapa a cada paso. A partir de ahí, la película entronca con los mejores momentos de Hitchcock, la intriga mezclada con la buena caracterización psicológica del personaje principal. Los planos interiores y opresivos, el juego de luces, las casualidades, los desenlaces. Mucho hay en Mientras duermes del mejor cine de suspense.
Al ser una película con semejante peso por parte de Tosar, el resto de papeles pasan un tanto desapercibidos, pero el reparto cumple con su trabajo. Marta Etura juega un rol compensatorio al son de una música divertida e irónica que sirve de resalte de lo que queremos contar dentro de esa Comunidad tipo Álex de la Iglesia, 2.000, en la que cada a uno a su manera juega un papel de culpable dentro de la cabeza de César.
Guion bien montado con un gran trabajo de dirección que ya solo por Tosar, merece la pena. 

Lo mejor: Luis Tosar. El sentido fílmico.
Lo peor: El trailer
Recomendable 


Friends with benefits (Con derecho a roce)


Título: Friends with benefits (Con derecho a roce)
Año: 2.011/ 109'/ EE.UU.
Dirección: Will Gluck
Guion: Keith Merryman,  David A. Newman, Will Gluck
Música: Varios
Fotografía: Michael Grady
Reparto: Justin Timberlake, Mila Kunis, Patricia Clarkson, Woody Harrelson, Emma Stone, Rashida Jones, Jenna Elfman, Andy Samberg, Richard Jenkins, Bryan Greenberg


Soporífera película que hace mucho daño al cine porque eterniza los mismos modelos y los mismos errores que la pléyade de comedias románticas con las que nos siguen torturando desde la meca del cine.
Pero, en este caso, los errores son más graves. El reclamo del sexo light entre dos actores de moda, aunque ambos por distintas razones, no viene a aportar nada trascendente a una historia plana, aburrida y cercana a la ciencia ficción.
Los guionistas se han empeñado en atiborrar la producción con unos diálogos que en su mayoría rozan la memez y que son recitados por dos caracteres que poco o nada tienen que ver con la mayoría de los mortales que tienen que lidiar con sentimientos reales. Los personajes son dos personas encantadas de haberse conocido y que, supuestamente, han alcanzado cotas de éxito en sus respectivas carreras, el problema es que no vemos que digan o hagan nada inteligente en los larguísimos 91 minutos de metraje, nada.
Al contrario, nos aburrimos porque no se dice nada inteligente, no existe mayor indicación de los misterios del amor o de los sentimientos. Por suerte, eso sí, existen escenas, pocas, en las que no tenemos que soportar esos diálogos tan imberbes y, por lo menos, retozan en la cama, aunque de manera pueril, todo hay que decirlo.
Digo que los actores principales están de moda pero por motivos diferentes. Mila Kunis viene de enderezar su carrera después de producciones de tipo B con dos papeles interesantes, al menos uno de ellos con buena nota, Black Swan de Aronofsky, 2.010. En este caso, no se puede decir que Kunis sea culpable del desastre final pero tampoco lo salva, en general, correcta.
Otra cosa es un Justin Timberlake que no ha hecho nada en el cine que le permita seguir chupando cámara, nada, y en las últimas cosas que le he visto, tanto en esta película de Gluck como en Bad teacher de Jake Kasdan, 2.011, sus desempeños son lamentables. Sus actuaciones son engoladas, melifluas, absurdas y carentes de sentido de la realidad. Aquí, para mayor inri, canta.
Hay escenas tan ridículas como bochornosas, entre ellas destaca la escena de las famosas letras de Hollywood, pero no es la única.
Otro debe en este esperpento es que actores tan buenos como Woody Harrelson o Richard Jenkins hayan tenido que interpretar papeles tan sosos, incluso al pobre Jenkins lo tenemos que ver como enfermo de alzheimer obsesionado con la vida sentimental de su estúpido hijo. Un despropósito y una ruina. Un atentado contra la inteligencia del público. En todo caso si ustedes ven la carrera de Will Gluck, entenderán muchas cosas.
Lo peor de todo es que no consigue arrancar ni una sonrisa, y eso para una comedia, es un pecado capital.

Lo mejor: No es muy larga, Mila Kunis
Lo peor: Justin Timberlake y el guion
Desastrosa


jueves, 10 de noviembre de 2011

Crazy, stupid, love


Título: Crazy, stupid, love
Año: 2.011/ 118'/ EE.UU.
Dirección: Glenn Ficarra, John Requa
Guion: Dan Fogelman
Música: Christophe Beck, Nick Urata
Fotografía: Andrew Dunn
Reparto: Steve Carell, Ryan Gosling, Julianne Moore, Emma Stone, Analeigh Tipton, Marisa Tomei, Kevin Bacon, Jonah Bobo, Joey King, Crystal Reed, Liza Lapira, John Carroll Lynch, Josh Groban

De las cosas difíciles de hacer en el cine, las comedias deben ser lo más complicado, tiene mucho mérito hacer sonreír con inteligencia.
De los estilos de cine, Hollywood tiene el sello de la comedia, hasta el punto de que su momento dorado coincide con el de las grandes comedias. En los últimos tiempos asistimos a la proyección de muchas que, ante la falta de inteligencia, recurren al trazo grueso para conseguir la carcajada zafia, sólo eso.
Es una suerte poder ver que Ficarra y Requa se decantan por la sonrisa más que por la brutalidad. Su anterior película (I love you Philip Morris, 2.009) conseguía un ritmo muy ágil que se sigue observando en Crazy, stupid, love y en ambas hay una decidida apuesta por una comedia diferente.
Hay otros activos importantes en esta producción, principalmente Ryan Gosling, actor al que hay que seguir y que se va consolidando poco a poco con papeles tan preclaros como el que realiza en la cinta de Cianfrance, Blue Valentine, 2.010.
Más allá del trabajo muy meritorio del reparto, existe una primera hora de película interesante que se va apagando con la costumbre que tiene Hollywood de que el resultado siempre sea el mismo o cercano al mismo.
Con eso, aunque ganamos en tranquilidad psicológica al ver repetidos hasta la saciedad los mismos esquemas, sin embargo perdemos en cuanto a innovación, hay muchas cintas que se estropean porque sabemos de antemano muchas de las cosas que van a ocurrir.
Sin llegar a arruinar el producto, hay un algo de eso en Crazy porque sospechamos que sabemos a donde vamos, aunque la forma de llevarnos es mucho más atractiva que la de la mayoría.

Lo mejor: Ryan Gosling
Lo peor: La última media hora
Interesante


Contagion (Contagio)


Título: Contagion (Contagio)
Año: 2.011/ 106'/ EE.UU
Dirección: Steven Soderbergh
Guion: Scott Z. Burns
Música: Cliff Martinez
Fotografía: Peter Andrews
Reparto: Matt Damon, Kate Winslet, Laurence Fishburne, Marion Cotillard, Jude Law, Gwyneth Paltrow, Bryan Cranston, Jennifer Ehle, Sanaa Lathan, Elliott Gould, John Hawkes, Chin Han, Monique Gabriela Curnen

Soderbergh ha dado sobradas muestras de su valía en películas que pasarán a la historia si es que, algunas de ellas, no han pasado ya.
En esta ocasión realiza una difícil película enmarcada dentro de la farándula del mercado y en la que las decisiones que toma a lo largo de sus minutos, honran al director y al guionista porque no es tarea sencilla lo que se han propuesto.
Dicho esto, las virtudes de esta producción son cuestionables porque ganando independencia y credibilidad, sin embargo se ha optado por un formato tremendamente folletinesco que quita alma y fuerza a la narración.
Las microhistorias en las que vamos navegando no tienen suficiente engarce entre ellas y la forma en la que los personajes están tratados parece fría y desapasionada. Esa frialdad es calculada y meditada en beneficio de un tono general de asepsia y falta de emotividad a la hora de tratar un personaje principal que lleva por nombre virus.
Evidentemente, si otro hubiera firmado esta producción, el resultado sería diferente, y probablemente nos estaríamos quejando de un exceso de sentimentalismo barato, la verdad es que es para echarse a temblar si la imaginación nos hace atisbar qué haría el Hollywood más barato con una idea como ésta. Afortunadamente no ha sido el caso y hay muchas virtudes dentro de esta cinta, pero no es una de ellas el llegar al corazón de la gente. Parece casi un relato de sala de emergencias en la que lo importante es la credibilidad científica, pero no acaba, insisto, de conectar.
En cuanto a la actuación coral hay sorpresas agradables, Kate Winslet mejora y mucho con los años, Matt Damon sigue siendo un actor muy fiable. Jude Law sigue siendo tan repelente que da gusto que sea el personaje más antipático de todos. Son buenas noticias para Paltrow que su carrera musical vaya bien porque en el cine cada vez va peor. El resto cumple sin estridencias.
La banda sonora tiene ese sentido quirúrgico del guion y de la realización.
Interesante en líneas generales, sobre todo por lo que no es más que por lo que es.

Lo mejor: Kate Winslet y el oportunismo del guion.
Lo peor: Paltrow.
Interesante


domingo, 6 de noviembre de 2011

The woman


Título: The woman
Año: 2.011/ 103'/ EE.UU.
Dirección: Lucky McKee
Guion: Lucky McKee, (novela: Jack Ketchum)
Música: Sean Spillane
Fotografía: Alex Vendler
Reparto: Angela Bettis, Pollyanna McIntosh, Sean Bridgers, Lauren Ashley Carter.

Inquietante película que se mueve a medio camino entre la película de culto y el gore, mucho mejor en el primer rol que en el segundo.
Siendo cierto que no es una película para todos los estómagos, no es menos verdadero que lo que expone bebe de numerosas fuentes cinéfilas. Para empezar, ese alegato antimachista, recuerda y mucho a la saga de películas duramente críticas con el status quo imperante en EE.UU. de hace unos años; la Happiness de Todd Solondz, 1.998, o la Magnolia de Paul Thomas Anderson, 99, son algunas de las referencias que asaltan la memoria del espectador. 
La exacerbada crudeza de la crítica y sus demoledoras consecuencias son el clímax de una historia que, si bien no comienza de la mejor manera, endereza enseguida el rumbo con una narración intrigante, ágil y que va enseñando sus cartas poco a poco para que se complete un puzzle interesante desde muchos puntos de vista.
El primero, el de la narración porque se cuenta la historia con una economía de medios muy meritoria que va de menos a más, si exceptuamos los últimos minutos, con giros muy interesantes.
En segundo lugar, la banda sonora de Sean Spillane ha sido todo un hallazgo, canciones poderosas y con fuerza que se hilvanan con la narración de una forma muy novedosa, sugerente y atractiva.
El tercer punto importante es un reparto de kilates en el que destacan la actriz fetiche de McKee, Angela Bettis y un muy buen actor como Sean Bridgers.
Los peros surgen en el momento en el que el alegato contra el sistema de vida americano de un puritanismo agigantado que encubre muchas miserias y contra el machismo dominante, deja paso a un paroxismo de gore que poco tiene que ver con lo anterior y que desluce el tono general, por un lado porque no viene a cuento y por el otro porque despista la atención.
Me quedo con la primera hora de película de la que se pueden extraer muchos datos positivos.

Lo mejor: La banda sonora.
Lo peor: Los últimos diez minutos.
Interesante


30 minutes or less (30 minutos o menos)


Título: 30 minutes or less (30 minutos o menos)
Año: 2.011/ 78'/ EE.UU.
Dirección: Ruben Fleischer
Guion: Michael Diliberti, Matthew Sullivan
Música: Nathan Barr, Ludwig Goransson
Fotografía: Jess Hall
Reparto: Jesse Eisenberg, Danny McBride, Aziz Ansari, Nick Swardson, Michael Peña, Dilshad Vadsaria, Bianca Kajlich, Fred Ward, Elizabeth Wright Saphiro, Brett Gelman

Absurda y paranoica comedia que adolece de lo peor que le puede pasar a una comedia, carecer de inteligencia. Ninguno de los hallazgos del guion se aprovecha mínimamente porque no se quiere salir del delirio en ningún momento, y tampoco parece que se pueda.
Jesse Eisenberg es para mí un actor fallido que se rodea en este intento de película de actores que tampoco, con la escepción de Michael Peña, parecen ir muy delante suyo. Mención especial merece un Aziz Ansari que parece haber aprendido el oficio viendo las gesticulaciones de Lewis Black, eso es todo lo que hace con su personaje. Si es que por aquí existen personajes.
No tiene fuerza, ni gracia, ni interés, no merece la pena verse porque como ésta hay miles mejores.
Por el momento, después de Zombieland y de esta mala comedia, tacharé de la lista de directores a Ruben Fleischer.
Lo peor: Jesse Eisenberg y Aziz Ansari, el guion.
Lo mejor: Michael Peña
No recomendable



miércoles, 2 de noviembre de 2011

Haevnen (In a better world / En un mundo mejor)


Título: Haevnen (In a better world / En un mundo mejor)
Año: 2.010/ 110'/ Dinamarca
Director: Susanne Bier
Guion: Anders Thomas Jensen
Música: Johan Söderqvist
Fotografía: Morten Soborg
Reparto: Mikael Persbrandt, Trine Dyrholm, Ulrich Thomsen, William Johnk Nielsen, Markus Rigaard, Bodil Jorgensen, Toke Lars Bjarke, Camilla Gottlieb, Satu Helena Mikkelinen.

Ya hace años que el óscar a la mejor película en habla no inglesa es el premio más interesante que otorga la academia de Hollywood, y en la última edición han seleccionado, otra vez, una película mucho mejor que aquellas que compiten por los galardones más importantes del mercado.
Haevnen es una película muy arriesgada que nos cuenta una enmarañada historia de interrelaciones temporales y geográficas para dar a entender algo que trasciende desde el propio título y que el espectador debe entresacar de la película por las líneas que se esconden dentro de la narración.
Especialmente interesante son las pistas que se dan a través de un paisaje que, como en otras grandes películas, juega un papel muy activo.
Y es que en Haevnen se mantiene la teoría de que las cosas y los hechos, las personas y los paisajes están conectados entre sí por invisibles hilos. Si uno tira de un hilo en un país perdido de África, si uno ejecuta o deja de ejecutar determinada acción en ese remoto lugar, el movimiento del hilo afectará de un modo irreversible en otro remoto lugar del mundo, como por ejemplo Dinamarca.
Son los pequeños actos y palabras los que cumplen un papel primordial a la hora de comprender no ya el mundo sino la visión que de él tiene un guionista que nos lanza un mensaje de optimismo. Un mundo mejor en el que existe una relación causal entre el efecto y su razón y, además, la controlamos. Si alguien merece vivir o merece el perdón o merece dejar de sufrir, lo hará. De la misma forma que quien merece un castigo lo tendrá pero con el fin de mejorar, no de arruinar.
Aunque parece que esta forma de comprensión del mundo está muy cercana a las teorías físicas que dominan los libros de divulgación de nuestras librerías, sin embargo, hay una diferencia fundamental. Las teorías del caos indican que los hechos están interconectados de una manera incomprensible para el intelecto humano porque no podemos controlar las causas que provocan efectos. En Haevnen, como decía, la interconexión a nivel casi subliminal existe pero el rayo de esperanza, el deseo para un mundo mejor es que los personajes controlan las razones para que determinados efectos se cumplan, y se cumplen, de ahí el título de un mundo mejor que no es aquel en el que estamos que parece no regirse por la voluntad de ninguna racionalidad, ni siquiera geométrica.
Ejercicio por tanto de construir un sutil pero efectivo mundo mejor.
Mucho del mérito de la película no está en lo que cuenta sino en cómo lo cuenta, la narración mantiene como un metrónomo una selección de escenas que parece no haberse dejado nada importante en el tintero. Una selección en la que no sobra nada, ni falta nada.
Si a eso añadimos un reparto tremendamente profesional que aún hace mejores algunas escenas y una fotografía inolvidable, el resultado no sólo es de óscar, es de una gran película.
Lo mejor: El guion
Lo peor:
Muy recomendable.

Le gamin au vélo (El niño de la bicicleta)


Título: Le gamin au vélo (El niño de la bicicleta)
Año: 2.011/87'/ Bélgica
Dirección: Jean-Pierre Dardenne, Luc Dardenne
Guion: Jean-Pierre Dardenne, Luc Dardenne
Música: Varios
Fotografía: Alain Marcoen
Reparto: Cécile de France, Thomas Doret, Jérémie Renier, Fabrizio Rongione, Egon Di Mateo, Olivier Gourmet

Ejercicio de neorrealismo que aguanta bien aunque no se puede decir que destaque por su originalidad. Encasillarse en un modelo de cine tiene su mérito, pero sería bueno, también, evolucionar a partir de ahí.
En todo caso, la película cuenta con un guion meritorio y bien estructurado a partir de una historia urbana que despierta el interés en la medida en la que los actores han sido capaces de hacerla suya. 
En buena medida el guion funciona por ese motivo y comienza a flaquear por el hecho de que la narración se olvida de que los actores están ahí para continuar con su fidelidad a una idea de cine.
Esa fidelidad otorga valor, no cabe duda, pero también encorseta y hace que la película carezca de la fuerza suficiente para alcanzar mayores cotas, en todo caso es un ejercicio más que interesante.
Lo mejor: El reparto
Lo peor: Encasillamiento
Interesante.


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