Título: Intouchables (Intocable)
Año: 2.011/ 109'/ Francia
Dirección: Olivier Nakache, Eric Toledano
Guion: Olivier Nakache, Eric Toledano
Música Ludovico Einaudi
Fotografía: Mathieu Vadepied
Reparto: François Cluzet, Omar Sy, Anne Le Ny, Audrey Fleurot, Clotilde Mollet, Joséphine de Meaux, Alba Gaia Bellugi, Cyril Mendy, Christian Amery, Marie-Laure Descoureaux, Gregoire Oestermann
Ninguna pega para que la historia tiene elementos suficientes para merecer elogios, tanto desde una perspectiva como desde la otra, ambos personajes parece que han reunido buena parte de las excelencias a las que un ser humano puede llegar. Bien por ellos.
En todo caso, esto es cine y como tal debemos darnos cuenta de que lo que se trata es de explicar, razonar y ponderar si una producción está bien narrada o no; y en este caso, no lo está.
Toda la narración está orientada a producir el deseado efecto en el espectador pero sin tener en cuenta que con ello se ha dañado irremediablemente la calidad del producto.
François Cluzet y Omar Sy, cada uno a su manera, ofrecen lo mejor de la película, actuaciones de peso cargadas de naturalidad y buen hacer.
Pero hay un problema muy grave en la narración y es la utilización del personaje que encarna Omar Sy; da la sensación de que nos enfrentamos a un cuento de hadas en el que todo lo que está rozado por este personaje se arregla, no es creíble que el abismo cultural, social y económico que separan no sólo ambos personajes sino ambos mundos, se venga abajo con esa facilidad, y si en la realidad lo ha sido, la narración debe ser mucho más creíble y fundamentada.
En esta especie de road movie que carece de vehículo, al menos en parte, la repentina catarsis de los personajes se antoja irreal, superflua y desmesurada. Apuesto que la realidad tuvo que ser muy diferente, con sus gradaciones, sus momentos y sus altibajos y no como esta especie de melodrama más digno para la horas de después del almuerzo.
No existe mayor indicación del arrebatamiento que sufre el personaje de Cluzet que una especie de enamoramiento repentino y adolescente que no se alcanza a comprender, ni por aquí ni por allá. Y menos todavía porque se ha puesto el énfasis en el exceso en cuanto al personaje marginal socialmente y menos en lo que habría que haberse detenido. Y lo peor es que se ha hecho como concesión a la galería en busca del éxito más mezquino.
En todo caso, si por algo merece la pena, lo es por su banda sonora.
Lo mejor: La banada sonora.
Lo peor: El guion
Pasable