Título: Roman Holiday (Vacaciones en Roma)
Año: 1.953/119' EE.UU.
Dirección: William Wyler
Guión: Ian McLellan Hunter, John Dighton
Música: Georges Auric
Fotografía: Franz Planer
Reparto: Gregory Peck, Audrey Hepburn, Eddie Albert, Hartley Power.
En 1.881 se publica en Canadá la novela de Mark Twain The Prince and The Pauper, traducida al español como Príncipe y Mendigo. En el libro, dos niños muy parecidos físicamente, Tom Canty y el príncipe Eduardo de Inglaterra , cambian sus identidades y la trastada a punto está de tener un final trágico. En la película de William Wyler, el asunto del cambio de identidad es el punto central de la trama pero, en esta ocasión, es la princesa quien decide abandonar por unas horas su rutina para mezclarse en la vida corriente del encanto de Roma y enmascarar su identidad.
Las calles de Roma toman entonces el protagonismo y el costumbrismo se impone a la comedia.
Audrey Hepburn empieza a sobresalir en esta película como lo que ha sido, una de las mejores. En éste su primer papel como protagonista, la actriz conseguiría el óscar a la mejor interpretación femenina en papel principal en el año 1.954, consiguiendo la película otros dos óscares.
La cinta posee todos los alicientes de una buena comedia con el encanto que rodeaba a las producciones de estas características en la década de los cincuenta. Una cuidada puesta en escena y la exaltación de los valores del buen gusto y la buena educación.
El guión tiene, entre líneas, la lectura de asistir a un fenómeno que comenzaba a ser usual en esos momentos y que todavía lo es hoy en día más como es la desaparición de la endogamia entre clases sociales. La evolución social del siglo XX permite que personas de muy diferente signo social puedan mantener una relación que en otros momentos históricos se calificaría como escandalosa.
De todos modos, el momento de la película es el que es y se dicta justicia sobre una relación que nace y termina imposible.
Lo mejor: Sin duda Audrey Hepburn
Lo peor: Hay momentos de la película que se convierten en un folletín turístico sobre Roma cortando un tanto el ritmo de la narración.
Muy recomendable
Las calles de Roma toman entonces el protagonismo y el costumbrismo se impone a la comedia.
Audrey Hepburn empieza a sobresalir en esta película como lo que ha sido, una de las mejores. En éste su primer papel como protagonista, la actriz conseguiría el óscar a la mejor interpretación femenina en papel principal en el año 1.954, consiguiendo la película otros dos óscares.
La cinta posee todos los alicientes de una buena comedia con el encanto que rodeaba a las producciones de estas características en la década de los cincuenta. Una cuidada puesta en escena y la exaltación de los valores del buen gusto y la buena educación.
El guión tiene, entre líneas, la lectura de asistir a un fenómeno que comenzaba a ser usual en esos momentos y que todavía lo es hoy en día más como es la desaparición de la endogamia entre clases sociales. La evolución social del siglo XX permite que personas de muy diferente signo social puedan mantener una relación que en otros momentos históricos se calificaría como escandalosa.
De todos modos, el momento de la película es el que es y se dicta justicia sobre una relación que nace y termina imposible.
Lo mejor: Sin duda Audrey Hepburn
Lo peor: Hay momentos de la película que se convierten en un folletín turístico sobre Roma cortando un tanto el ritmo de la narración.