Título: The visitor
Año: 2.007/ 108' /USA
Dirección: Thomas McCarthy
Guión: Thomas McCarthy
Música: Jan A. P. Kaczmarek
Fotografía: Oliver Bokelberg
Reparto: Richard Jenkins, Hiam Abbass, Haaz Sleiman, Danai Jekesai Gurira, Marian Seldes, Maggie Moore, Michael Cumpsty, Bill McHenry, Richard Kind, Tzahi Moskovitz, Amir Arison.
The visitor es la segunda película del director de la notable The Station Agent (Vías cruzadas, 2003). Allí se conseguía cine de altura con un trío de personajes que respiraban en cada línea del guión, aquí, por desgracia eso no pasa. Y con eso no quiero decir que la película sea un fracaso, sólo que no alcanza el gran trabajo de la del 2.003.
El guión de McCarthy opta, de nuevo, por un personaje marginal, desclasificado, que pulula por la vida buscándose a sí mismo. Todo el resto del atrezzo no es más que poner alrededor del principal los elementos necesarios para un crecimiento moral y pedagógico del mismo.
Porque uno de los grandes aciertos que posee este guión es que es una película claramente moral, y es muy difícil realizar cine de corte moral sin que los tópicos y las frases hechas inunden la pantalla. McCarthy logra, sin embargo un más que aceptable trabajo en la consecución de un mensaje moral que mira directamente al espectador cuestionando su vida y sus elecciones.
Siempre que hay una conversión de tal calibre en la pantalla de un personaje hay que tener cuidado para que dicho cambio no suene a forzado. El acierto de las acciones es que nos presentan en varias pinceladas la desestructuración de la vida de Walter Vale (muy bien Richard Jenkins), de esa manera no es increíble la conversión moral que sufre, un acierto.
Otro de los hallazgos de este guión es la economización de frases a través de otorgar a la música un papel pedagógico que dice mucho acerca del cambio que se opera en Walter.
Insisto en que el guión toma unos riesgos de los que sale con cierta nota manejando elementos originales si comparamos esta película con cualquier otra de temática semejante.
Los peores momentos son aquellos en los que una irregular e inexpresiva Hiam Abbass a quien ya habíamos visto en The syrian bride (La novia siria, Eran Riklis, 2.004) comparte emociones con el protagonista. La falta de tensión, hasta de química entre la pareja, arruina algunas escenas.
El pragmatismo con el que operan los secundarios desluce, para mi gusto, la definición del personaje principal que se desenvuelve de una manera muy diferente, dejando construir un propio yo a ritmo de percusión, es ahí donde encuentro las mejores escenas, escenas en las que el gesto de una mano que tamborilea en una mesa ofrecen información, emoción, moral, acción.
Sólo una cosa más, Nueva York sale muy real en la cámara de McCarthy.
Lo mejor: La definición del personaje de Walter Vale
Lo peor: Hiam Abbass
Interesante.
Qué maravilla de película, Vasf, y qué pasada también la primera de McCarthy Vías cruzadas ( por lo de los trenes)... te has confundido y has puesto Vidas cruzadas (creo que esa es una peli de Robert Altman, una de las primeras corales conocidas y muy buena). Yo pondría las dos al mismo nivel; es un cine íntimo, retrospectivo, emocional...grande McCarthy con su estilo sencillo, muy de cine independiente.
ResponderEliminarSólo una cosa más, a parte de felicitarte por tu gran post, y es acerca de lo que comentas de que se ve en el prota, Jenkins (enorme este actor)un crecimiento moral; yo más que eso diría un descubrimiento moral porque creo que el personaje que interpreta Richard Jenkins lleva dentro la solidaridad y el compromiso. Hasta pronto Vasf, creo que tengo algo escrito sobre estas pelis, tengo que mirar. Un saludo.
Gracias por la corrección, Javi, tienes razón.
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