Título: Black Swan
Año: 2010/ 103'/ EE.UU.
Dirección: Darren Aronofsky
Guion: John McLaughlin, Mark Heyman
Música: Clint Mansell
Fotografía: Matthew Libatique
Reparto: Natalie Portman, Mila Kunis, Vincent Cassel, Winona Ryder, Barbara Hershey, Christopher Gartin, Sebastian Stan.
Director al que sigo con intensidad desde los tiempos de Pi, 1.998, película interesantisima que me hizo continuar la producción de este atípico y gran director. Con algunos que otros altibajos, sigue siendo un director tremendamente interesante que se ha destapado con dos o tres grandes películas.
Desde mi perspectiva, Black Swan no se aleja demasiado de Pi ni del interés que demuestran ser sus objetivos en el resto de sus películas, en ellas siempre encuentro una visión dualista de la realidad, la intención de comprender el mundo bajo dos principios. Esta idea, tan vieja como el hombre, tiene en sus orígenes unas raíces orientales que se vincularon en su momento a la incipiente filosofía nacida en el Mediterráneo, hoy en día, bajo otras formas menos racionales vuelve a tener crédito en occidente. Desde los sugerentes títulos de crédito, Bklack Swan abunda en la idea de una realidad excindida en un bien y un mal que juegan su eterna lucha ya anunciada por los pitagórigos hasta en los elementos más grandes y más pequeños del cosmos. La cábala y la búsqueda de la sección áurea que eran los temas sobre los que pivotaba Pi, son también parte de la cosmovisión pitagórica de la realidad.
En Black Swan asistimos a la lucha de esos dos principios dentro de la protagonista principal del film. Con habilidad y una cámara de gusto exquisito, asistimos a esa eterna lucha que es tan vieja como la vida, la historia del Lago de los Cisnes es pasada un tanto por alto para centrarse en la conversión de la reina de los cisnes. En la película de Aronofsky en vez de que la metamorfosis se realice de mujer a cisne y viceversa, Natalie Portman sufre la transformación entre la perversa Odile, la hija de Rothbart, y la pobre y virginal Odette convertida en cisne por el propio Rothbart. Los excesos dionisíacos de Odile se contraponen con la mesura apolínea de Odette, y entre ambas se prepara una lucha por el poder ya que equilibrio no es posible. Según Nietzsche, la armonía entre lo exagerado y lo formal, entre los dos principios es el que posibilitaba la perfección en el arte, Nina parece alcanzarla en un breve momento de su actuación y así lo dice en una escena, que casi ha sentido la perfección por la comunión entre ambas personalidades que se adueñan de ella. Pero siempre, hasta en los escritos del mismo Nietzsche, uno de los dos debe erigirse en ganador.
Al margen de la fértil, difícil y profunda temática de la cinta, hay que destacar la elegancia de los planos del ballet, planos que casi con exclusividad están al servicio de la trama al centrarse en Nina y obviar el resto. Algunos de esos planos son espectaculares, de especial mención aquellos en los que Nina se convierte en la mala Odile mediante una metamorfosis elegante y asombrosa.
La película avanza con agilidad, decisión, interés y una buena dosis de sensualidad sin que el ritmo decaiga ni un sólo instante. Tiene mucho mérito narrar algo tan complicado y arcaico de una forma tan sugerente y moderna.
La película avanza con agilidad, decisión, interés y una buena dosis de sensualidad sin que el ritmo decaiga ni un sólo instante. Tiene mucho mérito narrar algo tan complicado y arcaico de una forma tan sugerente y moderna.
Con respecto a las actuaciones quedan en un segundo plano tan rezagado por el poderío de la historia que no acaba ninguno de ellos por brillar lo suficiente. Me quedo con una Barbara Hershey que siempre ha rayado a una buena altura, Natalie Portman, pese a realizar un ejercicio muy ortodoxo, le falta un plus para estar a la altura de su personaje.
Lo mejor: el guion y la dirección
Lo peor: Los actores no están a la altura.
Muy recomendable.
VASF, qué buena entrada has hecho de nuevo. Me gusta mucho tu sencillez en la narración y lo sugerente de tu discurso, nada carente de intelectualidad. Estoy por apostar que eres profesor o algo así...
ResponderEliminarY ahora hablando de la peli comentar que Aronofsky es un gran director y que hay que seguirle. Esta peli no me la pierdo. Todo lo que leo sobre ella son alabanzas. No hay ninguna de sus, que yo sepa, cuatro películas anteriores, con esta cinco, que no me haya gustado mucho; la que menos El luchador, y a ésta le pondría un 8, o muy cerca... como para no seguirlo! Un saludo, VASF, y a ver si escribes más seguido que se te extraña, amigo...