Título: Winter's bone
Año: 2.010/ 100'/ EE.UU.
Dirección: Debra Granik
Guion: Debra Granik, Anne Rosellini (Novela: Daniel Woodrell)
Música: Dickon Hinchliffe
Fotografía: Michael McDonough
Reparto: Jennifer Lawrence, John Hawkes, Lauren Sweetser, Kevin Breznahan, Isaiah Stone, Ashlee Thompson, Shelley Waggener, Garret Dillahunt.
Decir que esta película me parece optimista, podría parecer un chiste, pero intentaré explicarlo. Y para poder hacerlo mejor referirse a dos películas que me hicieron recordar a la de Debra Granik, no tanto por la estética, aunque existen nexos de unión, sino porque me parecen una especie de trilogía sobre la identidad del pueblo americano, cada una a su manera, y cada una desde un diferente óptica. Me refiero a la excepcional In the Valley of Ellah (En el valle de Elah, 2.007 Paul Haggis) y a la buena cinta Gone baby gone (Adiós pequeña, adiós, 2.007, Ben Affleck). De colocar a las tres en un ciclo que se titulara, una mirada sobre Estados Unidos, la de Haggis daría pie para comprender que no es oro todo lo que reluce y que por detrás de tanto falso mito, existen grandes tragedias y la visión de un país que debe recuperarse de los malos pasos que han dado sus dirigentes en los años más recientes. Es sabido que esos malos pasos han situado a ese país en el ojo del huracán sumiéndole tanto dentro como fuera en una especie de crisis de identidad que poco a poco parece irse resolviendo.
Las otras dos, la de Affleck y la que nos ocupa, me parecen dos intentos por establecer y dejar bien sentado que parte de la solución de esos graves problemas consiste en apelar a unos valores que ambos guiones parecen querer decirnos que son los verdaderos del pueblo de ese país. Me refiero a la comunidad.
De hecho es una de las cosas que más le asaltan a un europeo cuando entra en contacto con esa cultura, el valor de la comunidad está por encima de todo, una seña cultural que les permite afrontar las cargas de otra manera. Esto que puede sonar a todas luces positivo, no lo es tanto si uno es el excluido de esa comunidad, pero, en fin, existen esos lazos de comunidad que le permiten al individuo no sentirse tan solo y aislado como en otras culturas. En Gone baby gone, el protagonista se encarga de hacer vales el sentido de comunidad por encima de los egoísmos y buenas intenciones de un hombre solo, hacerlos valer a pesar de que se trate de una comunidad golpeada y marginal, aún así se mantienen determinados valores que son los que le dan su identidad.
En winter's bone, me atrevería a decir que se puede encontrar lo mismo. En un ambiente más marginal y más desestructurado, existen unas leyes de comunidad que están por encima del resto. Esas leyes no escritas sirven para castigar y para ayudar, sirven para medir lo que está bien y lo que está mal. Eso es lo que está en juego en esta negra, dura y pensada pelicula, las viejas normas de la comunidad se hacen respetar, para lo bueno y para lo malo. En el fondo, la cuna de Estados Unidos está forjada con esos valores de necesidad de identidad y de lealtad entre sus miembros que se les exigía a los mafiosos de los años 20 y que parecen enlazarse en el tiempo generación tras generación. No se puede dejar de hablar de la interpretación de Jennifer Lawrence, un descubrimiento, una actriz que habrá que seguir atentamente. Sabe darle a su personaje lo que necesita en cada escena, ser dura y no serlo en los momentos justos.
Su directora demuestra tener una mirada, lo más importante en el cine para un director.
Del guion es sobresaliente lo que no se dice más que lo que se dice, original.
Lo mejor: El guion, Jennifer Lawrence
Lo peor: No marca muy bien los tiempos ni los ritmos.
Más que Recomendable.
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