lunes, 5 de diciembre de 2011

Drive


Título: Drive
Año: 2.011/ 100'/ EE.UU.
Dirección: Nicolas Winding Refn
Guion: Hossein Amini (Novela: James Sallis)
Música: Cliff Martínez
Fotografía:  Newton Thomas Siegel
Reparto: Ryan Gosling, Carey Mulligan, Ron Perlman, Christina Hendricks, Bryan Cranston, Oscar Isaac, Albert Brooks, Tina Huang, Joe Pinque, Christian Cage, James Biberi.


Desde el primer momento, ya en las letras de crédito, se acierta lo que se va a ver. Nos posicionamos en plenos años setenta con esos rótulos y esa estética tan marcada, incluso en la ropa que viste un impersionante Ryan Gosling. Este actor comienza a ser un seguro de vida y los trabajos que le he visto hasta ahora son de altísima calidad, especialmente Blue Valentine, 2010 Cianfrance. Aquí nos vuelve a regalar un trabajo exquisito.
De todas las referencias a las que la película quiere rendir tributo, desde McQueen a todo el cine negro y de serie B de aquellos años, sin embargo, a medida que la película avanza no podemos quitarnos de la cabeza los parecidos con las películas de Eastwood de los setenta y principios de los ochenta. Un personaje que no se sabe de donde viene ni a dónde termina yendo. Se presume un pasado quizás tan delirante o interesante como el que se cuenta en la propia película pero sólo lo sugerimos. Su pasado le hace ser quien es y pretende hacer las cosas a su manera, cumplir con lo que sus principios le dictan, sean o no acordes con la ley.
En este caso pretende ayudar a una chica y alejarla del mundo en el que indirectamente ha caído. Gosling que convierte a su personaje en un reflejo y actualización del jinete pálido con algo de Harry Callahan, ejecuta a la perfección esa forma de entender la vida de los héroes de los setenta. 
La película es estruendosamente fiel a esos principios consiguiendo no sólo una revitalización de aquellos mitos y formas sino una actualización con tanta fuerza como veracidad.
La utilización de la cámara lenta y de la iluminación juegan los papeles más novedosos técnicamente convirtiendo algunos encuadres en anuncios sofisticados que dan cuenta de un ambiente y del modo de ser de una ciudad y su gente. No hacen falta palabras, la economía de los diálogos se suple a base de una cámara como la que mueve Nicolas Winding que demuestra tanta soltura como sentido estético.
La historia recuerda a la cosmovisión que tenían del mundo aquellos héroes del cine negro, siempre mascando la tragedia sabiéndose solos, aislados. Atajando los sentimientos porque no es que no los tengan, saben que no los pueden exponer, a veces por algo que ha pasado pero que se masca y no se muestra.
Perfiles psicológicos quizás trasnochados, avanzamos hacia un mundo más empático, más sentimental, menos cerrado, pero eso no quita para que este homenaje esté hecho con un gran sentido estético y con un gran sentido de actualidad, además son los héroes con los que empezamos a amar el cine.
Una gran película en la que hay que estar tan atento a lo que se dice como a lo que no se dice.
Las psicodelias de la banda sonora nos ayudan a situarnos.

Lo mejor: Ryan Gossling y la dirección.
Lo peor:
Muy recomendable

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores