Título: Angel-A
Año: 2.005/ 90'/ Francia
Dirección: Luc Besson
Guion: Luc Besson
Música: Anja Garbarek
Fotografía: Thierry Arbogast
Reparto: Jamel Debouzze, Rie Rasmussen, Gilbert Melki, Serge Riaboukine, Akim Chir, Eric Balliet, Loïc Pora, Venus Boone, Jérôme Guesdon, Michel Bellot, Michel Chesneau
Decir algo de Luc Besson puede sonar a cansino o repetitivo, director de amores y odios que ha firmado películas tan interesantes como The fifth element (el quinto elemento, 97) o Leon, 94, y otras tan poco estimulantes como The messenger: The story of Joan of Arc (Juana de Arco, 99).
Irreverente e iconoclasta, Besson ha sabido moverse por unos terrenos claramente personales que le han traído buenas y malas críticas, pero, desde luego, es su camino.
En Angel-A volvemos a reconocer a Besson, menos histriónico y más intimista en un cuento que bien puede ser de hadas y que tiene su mejor virtud en algo que cada vez aprecio más, la mezcla de estilos.
Porque esta cinta parece un cuento y un drama, una comedia y, por veces, algo diferente.
Ese blanco y negro, sin embargo, lo veo como un guiño a las comedias románticas de los cincuenta, ese blanco y negro que quedará en la memoria por Roman Holiday (Vacaciones en Roma, 1953). Ese blanco y negro porque hay cine negro y cine blanco en esta personal producción.
En esta ocasión el viaje es por un París que nos cuenta otro viaje más radical e intimista, el viaje al interior de uno mismo para encontrar su verdadera salvación. En ese disparatado pero crucial camino, un excelente Jamel Debouzze se encuentra con su propio alter ego, grotesco y angelical, desmesurado y carnal, que le ayudará en ese viaje.
La estética de Besson, muchas veces, nos atrapa con su forma particular de enseñarnos sus esquinas y sus personajes, en todo caso, y como digo, para lo bueno y para lo malo siempre es él.
La resolución de la trama, desde el punto de vista estético parece lo menos afortunado, pero no cabe duda de que lo más interesante es el camino y la búsqueda, no el final, que siempre, siempre desilusiona porque significa el final.
En todo caso hay un par de guiños que bien merecen el esfuerzo.
En todo caso hay un par de guiños que bien merecen el esfuerzo.
Lo mejor: Debouzze
Lo peor: Algunos excesos de Besson con el guion
Interesante.
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