Título: Life in a day (La vida en un día)
Año: 2.011/ 90'/ Gran Bretaña
Dirección: Kevin McDonald
Música: Harry Gregson-Williams, Matthew Herbert
Fotografía: Soma Helmi
Documental
Documental que narra las idas y venidas en un día, el 24 de julio del 2010 en la vida de aquellas personas que quisieron grabarse y enviar sus filmaciones para este proyecto.
El resultado es una mirada sincera, directa y ágil a la visión de un trozo de la humanidad que bien podría valer por su totalidad.
La forma temporal y temática en la que el documental está desarrollado es de una plasticidad sobresaliente, existen planos de una gran belleza, atardeceres y amaneceres que dicen mucho del momento y de la sensibilidad de la persona que empuñaba la cámara.
El mérito, indudablemente, consiste en una edición fuera de serie. La elección de los momentos y los temas acude a mostrar sin artificios, ni actores una buena variedad de temas fundamentales para comprender el corazón más profundo de los sentimientos que preocupan a la humanidad.
Amor, muerte, soledad, esperanza, dolor..., la relación de los temas que están plasmado en la plasticidad de las cámaras anónimas, o por lo menos, casi anónimas, dice mucho más que sesudos informes sociales.
Los retazos de cámara hipnotizan al espectador porque bien podía ser él quien estuviera recitando ese guion oculto en los pasos que nos llevan cada día en los brazos del tiempo. Bien podría ser él quien sintiera la necesidad de atrapar la magia de ese momento, o al menos intentarlo porque ya se sabe que toda cámara desvirtúa la realidad y la percepción de quien la está manejando.
El momento libre, desprovisto de artificios, aunque en este caso sean mínimos reposa en los miles de millones de anonimatos que cada día siguen, seguimos, luchando o disfrutando, depende de la hora.
La magia de las imágenes y de las palabras tiene un aliado de peso en una banda sonora que poetiza los encuadres y consigue, todavía más, valorizar los sentimientos.
Lo mejor: La idea
Lo peor: Se recrea en alguna historia más de la cuenta
Recomendable
Amor, muerte, soledad, esperanza, dolor..., la relación de los temas que están plasmado en la plasticidad de las cámaras anónimas, o por lo menos, casi anónimas, dice mucho más que sesudos informes sociales.
Los retazos de cámara hipnotizan al espectador porque bien podía ser él quien estuviera recitando ese guion oculto en los pasos que nos llevan cada día en los brazos del tiempo. Bien podría ser él quien sintiera la necesidad de atrapar la magia de ese momento, o al menos intentarlo porque ya se sabe que toda cámara desvirtúa la realidad y la percepción de quien la está manejando.
El momento libre, desprovisto de artificios, aunque en este caso sean mínimos reposa en los miles de millones de anonimatos que cada día siguen, seguimos, luchando o disfrutando, depende de la hora.
La magia de las imágenes y de las palabras tiene un aliado de peso en una banda sonora que poetiza los encuadres y consigue, todavía más, valorizar los sentimientos.
Lo mejor: La idea
Lo peor: Se recrea en alguna historia más de la cuenta
Recomendable
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