Título: Thor
Año: 2.011/ 130'/ EE.UU.
Dirección: Kenneth Branagh
Guion: Mark Protosevich
Música: Patrick Doyle
Fotografía: Harris Zambarloukos
Reparto: Chris Hemsworth, Natalie Portman, Anthony Hopkins, Tom Hiddleston, Stellan Skarsgard, Idris Elba, Kat Dennnings, Clark Gregg, Jamie Alexander, Ray Stevenson, Tadanobu Asano, Josh Dallas, Colm Feore, Rene Russo, Samuel L. Jackson.
Es lo malo que tienen los sábados lluviosos por la tarde en las que te decides por intentar una sesión de cine familiar. Crees que algo que esté a medio camino entre el entretenimiento pero firmado por Branagh y con un reparto de cierto empaque solucionará el problema. Pero el verdadero problema es el guion de esta película.
Tras un arranque de historia un tanto prometedor, aquel castillo se arruina pasados los cinco primeros minutos porque este guion no se da cuenta de que existe una diferencia muy grande entre ciencia ficción y absurdo.
Thor se dedica a deambular de ascensor en ascensor, acompañado de algunos de sus fans, como una estrella rockera que se debe a su público. En estas lides, aparece Natalie Portman en uno de los peores papeles que le recuerdo, dispuesta a ejercer de la mejor groupie del rockero.
Para temblar son aquellas escenas en las que existe un amago de caracterización psicológica del héroe. Esas escenas en las que doma sus temperamentos al calor de la hoguera después de una dosis de adrenalina, enseñándole a la física a saber qué cosas sobre el universo. Porque, según él, ciencia y magia son lo mismo.
Pues no, resulta que ciencia y magia no son lo mismo, ni enamoramiento ni calentón, son lo mismo. Ni muchísimo menos son lo mismo, Pen-Ek Ratanaruang y Kenneth Branagh, bien que lo debe saber el pobre Tadanobu Asano.
Puestas así las cosas, el concierto cósmico que se pega el pobre Thor tiene poco interés, la verdad. Tan poquito que en esta lucha que ha desencadenado Hollywood por encontrar un vencedor entre los superhéroes Thor ha quedado claramente rezagado. Con un poco de suerte se agontarán los cómics de los que hacer versión y acabaremos con esta plaga.
En cuanto a la película, su estructura dual ayuda un tanto a que el aburrimiento no sea mayor pero la diferencia entre los dos mundos no hace sino acentuar lo grotesco. Tantas y tales son las diferencias entre ambos mundos, tan alejados se nos presentan, que cualquier intento de armonización queda relegado al absurdo, como esa famosa frase de que la magia y la ciencia son lo mismo.
La historia no terrenal pretende atraer al espectador por un cierto deje trónico con escenarios majestuosos que no encierran entre sus cuatro paredes digitales más chicha que una típica trama palaciega.
La historia terrenal hace aguas por todos los lados porque ni siquiera tiene el oropel de la primera.
Los actores no pueden hacer más que lo que hacen, de ellos no es el desaguisado.
Lo mejor: Los tres primeros minutos
Lo peor: El resto
No recomendable
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