Título: The dead pool (La lista negra)
Año: 1.988/ 91'/ EE.UU.
Dirección: Buddy van Horn
Guion: Steve Sharon
Música: Lalo Schifrin
Fotografía: Jack N. Green
Reparto: Clint Eastwood, Patricia Clarkson, Liam Neeson, Evan C. Kim, David Hunt, Michael Currie, Michael Goodwin, Darwin Gillet, Anthony Charnota, Jim Carrey.
No hay más leña que la que arde y nadie vendrá a solucionar las cosas ni a enderezar ese gen egoísta que hace tiempo se torció. De todas maneras en el hecho de que Clint Eastwood sea capaz de alternar cosas tan sumamente grandiosas de un lado de la cámara con otras como ésta del otro lado, sólo debe explicarse con algo de corte metafísico.
Es cierto que Harry Callahan ya había sido exprimido hasta la saciedad, que ya había denunciado las condiciones laborales de los policías de San Francisco, la estupidez de los responsables políticos y de la prensa. Es cierto que ya había poco más que sacarle al pobre Callahan, un par de disparos por aquí y un par de bofetadas por allá. Pero lo que han hecho los responsables de esta producción no tiene mayor justificación que perpetuar en el tiempo una fórmula en otra hora exitosa. Más no hay.
Quizás la gracia de ver actores hoy de éxito en los casi inicios de su carrera como Jim Carrey, todavía sujeto a su histrionismo menos sugerente. Por lo menos muere pronto, no desfallezcan.
Harry Callahan consigue ser un superhéroe sin capa, las mujeres, a pesar de sus insultos, caen rendidas, los malos parecen imbéciles ante su porte. La realidad se prediseña con sus elevaciones de cejas y, mientras, Harry Callahan consigue insuflar a un cierto modelo masculino en vías de extinción sus últimos estertores para alcanzar el vaso de whisky.
Lo más grave es que parece que algunos ni se han enterado. RIP.
Lo mejor: Fue la última película de la saga.
Lo peor: El director
No recomendable.
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