Año: 2.009/105'/ EE.UU.
Dirección: Jim Sheridan
Guion: David Benioff
Música: Thomas Newman
Fotografía: Frederick Elmes
Reparto: Jake Gyllenhaal, Natalie Portman, Tobey Maguire, Sam Sephard, Carey Mulligan, Mare Winningham, Clifton Collins Jr., Bailee Madison, Taylor Geare, Patrick Flueger, Jenny Wade
Intenso drama que encuentra su principal atractivo en un reparto que se crece y en algunos casos confirma las sensaciones. Jake Gyllenhaal es uno de los actores más en forma de la última década y sus actuaciones empiezan a contarse como el activo más importante de las películas en las que trabaja.
Pero el resto del reparto, a pesar de que no puede situarse a la par de Gyllenhaal, con la excepción de Sam Sephard, realiza un gran trabajo.
Gyllenhaal y Sephard dotan a sus personajes de una serie de gestos y silencios, de frases entrecortadas y elipsis que dan sentido no sólo a sus personajes sino a la narración. Con su esfuerzo, la película resulta más densa, dramática, más cine en resumidaas cuentas.
Despejando este tema que es el más interesante de la película, el drama tiene la suficiente fuerza para merecer la pena. El triángulo que se forma va más allá de lo anecdótico para ubicarse en las películas de caracterización psicológica. Existen algunos desajustes entres las dos partes de la pelicula que se salvan con los contrapuntos de las escenas que tienen lugar en Afganistán. Existe un exceso de demonización por parte del otro, pero es lógico y no resulta una sorpresa especialmente desagradable si entendemos al destinatario final del film.
Pero los momentos que hacen brillante el film surgen en la interioridad de la casa que sustenta el meollo de la cuestión, es allí donde hay que fijarse y donde la cámara de Sheridan encontró lo mejor.
Fundamentalmente porque sus actores supieron entender los personajes.
Lo mejor: Jake Gyllenhaal
Lo peor: Lugares comunes del guion
Recomendable
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