Año: 2.008/ 121'/ Alemania
Dirección: Philipp Stölzl
Guión: Philipp Stölzl, Rupert Henning, Johannes Naber, Benedikt Roeskau, Christoph Silber
Música: Christian Kolonovits
Fotografía: Kolja Brandt
Reparto: Benno Fürmann, Florian Lukas, Johana Wokalek, Georg Friedich, Simon Schwarz, Ulrich Tukur, Erwin Steinhauer, Branko Samarovski, Petra Morzé, Hanspeter Müller, Peter Zumstein, Martin Schick.
Pese al dramatismo de los hechos en los que, de alguna manera, está inspirada esta producción, la película carece del mismo de forma alarmante. Su principal atractivo debería ser precisamente ese, el dramatismo, pero la produccion carece del alma suficiente para transmitir la angustia de una escalada en esas circunstancias.
Parte del problema comienza por un metraje excesivo, muy excesivo. El segundo problema grave es el de un guión que no apuesta a nada. No elige narrar de un modo arriesgado y pierde sus opciones por una historia sentimentaloide que ayuda al sopor general. La historia entre los dos protagonistas es tan plana que se agradece que las escenas de la tormenta acaparen buena parte de los minutos manteniéndolos a cada uno a un lado del cuadrilátero. Uno de los aspectos más interesantes de la historia debería ser sus connotaciones políticas que pasan casi desapercibidas en esta película o, lo que es peor, casi caricaturizadas.
Mucho no ayudan unos actores que parecen bastante limitados, especialmente Johanna Wokalek que no acierta a darle a su personaje ningún aire definido y juega en unas escenas a bastos y en otra a copas.
Me reservo para las recomendaciones en torno al documental que se ha realizado en torno al mismo hecho histórico pero sin dramatizaciones, cierto es que la presencia de la montaña, en esos momentos en los que la producción roza también la documentalización, parecen los mejores porque en cuanto se adentra en los terrenos de la ficción naufraga abiertamente.
Lo mejor: Los planos del Eiger.
Lo peor: El metraje excesivo y Johanna Wokalek
No recomendable.
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