Título: Hasta la vista
Año: 2.011/ 105'/ Bélgica
Dirección: Geoffrey Enthoven
Guion: Pierre De Clerq
Música Meuris
Fotografía: Gerd Schelfhout
Reparto: Tom Audenaert, Isabelle de Hertogh, Gilles De Schrijver, Kimke Desart, Johan Heldenbergh, Karlijn Sileghem, Xandre Van Welden, Robrecht Vanden Thoren, Katelijne Verbeke, Luc Verhoeven, Karel Vingerhoets
No hace falta mucho para conseguir una buena película: una historia interesante y que hable de elementos que a todos incumben a través de una anécdota, un sólido guion, un director que hace su trabajo con corrección y unos actores que interpretan sus papeles con la necesaria naturalidad, nada más; y nada menos. Parece fácil cuando podemos asistir a una película como ésta en la que todo parece casar con absoluta tranquilidad, sin grandes parafernalias técnicas, solamente porque las cosas están bien hechas.
En Hasta la vista, lo verdaderamente crucial es que se habla de la alegría de vivir, de la necesidad de recorrer nuestros propios límites para alcanzar esa cierta tranquilidad que se llama felicidad y que puede estar escondida en los rincones más pequeños.
Llama la atención que se identifique esa búsqueda de la felicidad en esta road movie con el lento paso del paisaje a través de las ventanillas de una vieja camioneta en contraposición al cambiante y veloz sinsentido del avión representado por las agudas críticas a Ryanair.
El sol, la comida, el vino, el sexo, existe una identificación de esa felicidad con placeres del cuerpo que de una forma casi dionisíaca aparecen como los elementos básicos. Pero no deja de ser un mensaje clave lo que realmente cuenta. Digamos que los caracteres pasan de una amargura existencial a la paz consigo mismos a través de esos vehículos, los fundamentales, los importantes porque gracias a ellos nacen las ganas de vivir o de morir dignamente.
Los cambios que se producen en los personajes son graduales, interesantes, medidos, casi como vemos que la luz cambia de matices y de intensidad en un amanecer. En esta película de bella factura y grandes metas, las cosas se hacen despacio para agrandar sus propios límites. No nos podemos quedar en la anécdota, hay que trascenderla para poder comprender su dimensión.
Lo mejor: El guion
Lo peor:
Recomendable
No hay comentarios:
Publicar un comentario