miércoles, 11 de abril de 2012

The Ides of March (Los idus de marzo)

Título: The Ides of March (Los idus de marzo)
Año: 2.011/ 101'/ EE.UU.
Dirección: George Clooney
Guion: George Clooney, Grant Heslov (Historia: Beau Willimon)
Música: Alexandre Desplat
Fotografía: Phedon Papamichael
Reparto: Ryan Gosling, George Clooney, Philip Seymour Hoffman, Paul Giamatti, Marisa Tomei, Evan Rachel Wood, Jeffrey Wright, Max Minghella, Jennifer Ehle 

Más que interesante película que explora un tema apasionante. Los aspectos éticos de la cinta son lo más destacado porque de lo que se trata es de saber si las personas corrompen las posiciones sociales que ocupan o son los cargos los que corrompen a las personas.
La evolución del personaje principal marca el devenir de la historia y el interés de la misma. Observar durante hora y media de producción cómo un caracter idealista y entregado a una causa se va complicando y sufriendo la presión hasta que es capaz de comportarse como en el tramo final de la película es algo muy difícil de contar. Los idus de marzo, como todos saben, era un día propicio para los augurios en la antigua Roma, y el día en el que, a pesar de ser puesto sobre aviso, Julio César es asesinado. 
Aquí habría que decir que quienes son asesinados, aunque mucho habría que pensar sobre el plano final del film, son realmente los valores e ideales de un personaje que recibe con tremendo pragmatismo el final de la ilusión y la pérdida de la inocencia para enfrentarse de forma dura y descarnada a la realidad que le circunda.
Evidentemente, puestos a elegir un escenario para desarrollar la idea de la pérdida de la inocencia por culpa de la realidad exterior a uno, la política es un escenario idóneo, y más, si cabe, la política estadounidense con su carga de hipocresía y aparente rectitud de valores; en ese escenario es en el que una persona, probablemente, antes pierda el respeto por el ser humano, allí donde tanto se habla de honradez, lealtad y honorabilidad pero que, aparentemente, las cosas son diferentes.
Es ese escenario en el que la pregunta es clave, insisto, el poder corrompe a las personas o son las personas las que por culpa de sus defectos corrompen el poder. La diferencia desde un punto de vista práctico no es esencial porque el resultado sin duda alguna es el mismo, otra cosa es la centralidad de la pregunta para el propio género humano y nuestro futuro más próximo. 
Saber que los políticos o quienes detenten cualquier posición con un cierto poder son los que envilecen la acción sería mantener una terrible realidad acerca de nuestra propia naturaleza pero no es descabellado mantener esa postura, en absoluto.
Volviendo a la película, es necesario detenerse en lo mejor que tiene, su reparto. Ryan Gosling ha entrado en esto del cine con una fuerza inusitada y sus últimas películas se cuentan por aciertos, en esta también asistimos a un gran trabajo de este grandísimo actor del que esperamos que, ojalá,  se mantenga en esta línea de elección de películas. Pero si a su lado están Philip Seymour Hoffman, Paul Giamatti (a pesar de sus altibajos) y un inspirado George Clooney, el resultado no puede sino ser espectacular en cuanto a actuación se refiere. Un lujo.

Lo mejor: Ryan Gosling y Philip Seymour Hoffman
Lo peor
Recomendable.


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