Título: The Story of Louis Pasteur (La Tragedia de Louis Pasteur)
Año: 1.935/87'. EE.UU.
Dirección: William Dieterle
Guión: Sheridan Gibney, Pierre Collings
Música: Bernhard Kaun, Heinz Roemheld
Fotografía: Tony Gaudio
Reparto: Paul Muni, Josephine Hutchinson, Anita Louise, Donald Woods
Es increíble cómo, en estos años en los que el cine sonoro era todavía una novedad y en los que el cine en color todavía no existía, es posible que se hicieran películas como ésta. Ya le gustaría a muchas superproducciones actuales contar con guiones tan bien elaborados.
El director William Dieterle era de origen alemán y fue actor antes que director. En 1.930 da el salto a Hollywood con un contrato de la Warner y dirigió muchas y grandes películas. En estea ocasión cuenta con Paul Muni, uno de los grandes de la década de los treinta. La colaboración entre ambos se extendió a tres películas; además de la que comentamos, The Life of Emile Zola (1.937) y Juárez (1.939). En las tres Paul Muni fue nominado al Óscar.
En esta cinta biográfica se nos cuenta la vida de Louis Pasteur a partir del año 1.860, cuando ya era un químico conocido pero que todavía no había alcanzado la fama mundial que ganaría ya en vida.
Pasteur ya había inventado el fámoso método de la pasteurización para salvar los problemas que los viticultores estaban teniendo con la producción, pero la película se centra en su descubrimiento más famoso, el hecho de que las enfermedades son originadas por microorganismos externos al paciente que llamó gérmenes. Esto contradecía la idea común de que las enfermedades estaban producidas por organismos producidos en el paciente por generación espontánea. Una idea que casaba con la visión crisitana de la naturaleza.
Este hallazgo le llevó a descubrir la vacuna (nombre que el propio Pasteur popularizó) del ántrax y la de la hidrocefalia.
Durante el desarrollo de la película es muy interesante observar cómo Pasteur tuvo que luchar contra la ignorancia y la ceguera de los médicos de su tiempo y cómo todavía la superstición y la religión eran dos factores importantes dentro del mundo científico. La batalla que Pasteur llevó para conseguir la asepsia en la práctica médica resulta hoy en día asombrosa.
Además de ello, se pone de manifiesto el hecho de que los métodos científicos actuales basados en la inducción y en el experimento no eran practicados más que por algunos adelantados, como Pasteur, que fueron objeto de chanzas por la comunidad médica y científica. Como él, además, era químico de formación, sufrió el desprecio de la academia de medicina francesa durante años.
El largo nos muestra los dos grandes triunfos y golpes de efecto que llevarían a derrotar de un plumazo buena parte de la teología, ignorancia y deduccionismo instalado en la medicina de la época.
Por un lado, su famoso experimento con el que demostró la eficacia de su vacuna contra el ántrax en el que separó unos animales enfermos no vacunados y otros vacunados a los que se les inoculó la enfermedad. Mientras el primer rebaño pereció por completo en cuarenta y ocho horas, el otro no sufrió ni una baja. Los notables y elegidos que asistieron al evento tuvieron que admitir la realidad. Lo mismo pasó, por el otro, con la vacuna de la hidrocefalia en un experimento que le pudo costar la cárcel a Pasteur pero que resultó igualmente exitoso.
Paul Muni realiza un excepcional trabajo en una cinta en la que, si pasamos por alto los dejes típicos de los actores de ese momento, podremos disfrutar de una historia bien narrada, dirigida e interpretada, con un ritmo anormalmente actual.
Lo mejor: Paul Muni
Lo peor: El paso del tiempo que demuestra la rapidez de los cambios en los lenguajes cinematográficos.
Recomendable
El director William Dieterle era de origen alemán y fue actor antes que director. En 1.930 da el salto a Hollywood con un contrato de la Warner y dirigió muchas y grandes películas. En estea ocasión cuenta con Paul Muni, uno de los grandes de la década de los treinta. La colaboración entre ambos se extendió a tres películas; además de la que comentamos, The Life of Emile Zola (1.937) y Juárez (1.939). En las tres Paul Muni fue nominado al Óscar.
En esta cinta biográfica se nos cuenta la vida de Louis Pasteur a partir del año 1.860, cuando ya era un químico conocido pero que todavía no había alcanzado la fama mundial que ganaría ya en vida.
Pasteur ya había inventado el fámoso método de la pasteurización para salvar los problemas que los viticultores estaban teniendo con la producción, pero la película se centra en su descubrimiento más famoso, el hecho de que las enfermedades son originadas por microorganismos externos al paciente que llamó gérmenes. Esto contradecía la idea común de que las enfermedades estaban producidas por organismos producidos en el paciente por generación espontánea. Una idea que casaba con la visión crisitana de la naturaleza.
Este hallazgo le llevó a descubrir la vacuna (nombre que el propio Pasteur popularizó) del ántrax y la de la hidrocefalia.
Durante el desarrollo de la película es muy interesante observar cómo Pasteur tuvo que luchar contra la ignorancia y la ceguera de los médicos de su tiempo y cómo todavía la superstición y la religión eran dos factores importantes dentro del mundo científico. La batalla que Pasteur llevó para conseguir la asepsia en la práctica médica resulta hoy en día asombrosa.
Además de ello, se pone de manifiesto el hecho de que los métodos científicos actuales basados en la inducción y en el experimento no eran practicados más que por algunos adelantados, como Pasteur, que fueron objeto de chanzas por la comunidad médica y científica. Como él, además, era químico de formación, sufrió el desprecio de la academia de medicina francesa durante años.
El largo nos muestra los dos grandes triunfos y golpes de efecto que llevarían a derrotar de un plumazo buena parte de la teología, ignorancia y deduccionismo instalado en la medicina de la época.
Por un lado, su famoso experimento con el que demostró la eficacia de su vacuna contra el ántrax en el que separó unos animales enfermos no vacunados y otros vacunados a los que se les inoculó la enfermedad. Mientras el primer rebaño pereció por completo en cuarenta y ocho horas, el otro no sufrió ni una baja. Los notables y elegidos que asistieron al evento tuvieron que admitir la realidad. Lo mismo pasó, por el otro, con la vacuna de la hidrocefalia en un experimento que le pudo costar la cárcel a Pasteur pero que resultó igualmente exitoso.
Paul Muni realiza un excepcional trabajo en una cinta en la que, si pasamos por alto los dejes típicos de los actores de ese momento, podremos disfrutar de una historia bien narrada, dirigida e interpretada, con un ritmo anormalmente actual.
Lo mejor: Paul Muni
Lo peor: El paso del tiempo que demuestra la rapidez de los cambios en los lenguajes cinematográficos.
Recomendable
No hay comentarios:
Publicar un comentario