Las llaves de la casa. Le Chiavi di casa (2004)
Ficha técnica:
Dirección: Gianni Amelio
Guión: Gianni Amelio
Producción: Elda Ferri, Mario Cotone, Enzo Porcelli
Reparto: Kim Rossi Stuart (Gianni), Andrea Rossi (Paolo), Charlotte Rampling (Nicole), Pierfranceso Favino (Alberto), Alla Faerovich (Nadine).
Las historias de crecimiento personal suelen ser complicadas de resolver. Exigen un guión minucioso en el que los cambios que los personajes van experimentando a lo largo de las secuencias sean razonables. En Las llaves de la casa nos enfrentamos a una road movie y a los cambios producidos en un padre que inicia una relación con un hijo deficiente. El guión comienza ya por pasar por alto por qué, justo en este preciso momento en el que se sitúa la narración, el progenitor ha decidido que debe convertirse por fin en el padre del adolescente. Suponemos que se nos contará a continuación, pero salimos de la proyección con la misma duda.
Las alteraciones que se van constatando en el personaje de Gianni se nos antojan desproporcionadas e incomprensibles a tenor de los datos que el desarrollo argumentativo nos va ofreciendo. Lo que se nos hace ver y pensar no es suficiente para comprender el cambio producido en alguien que ha abandonado a su hijo durante quince años pero que, a los pocos días de retomar la relación, se comporta con el chico como si fueran íntimos. Uno de los personajes marginales, (Alberto) nos dice que "el chico es lo más", refiriéndose a que es especial. Y sin duda que lo es, la interpretación de Paolo que hace Andrea Rossi es muy meritoria teniendo en cuenta las condiciones. Pero esto no llega para poder comprender qué le ha pasado a Gianni; casi en cada escena nos asalta el asombro por la desproporción de las reacciones del padre. Claro que Kim Rossi Stuart (Gianni) se encarga de ponernos la tarea mucho más compleja gracias a una meliflua y desajustada interpretación.
Ninguna de las pequeñas tragedias por las que tiene que pasar diariamente Paolo son suficientes para explicar las reacciones de su padre que deambula dando tumbos entre la estupidez, la madurez, la pena, la desesperación o la infatilidad durante la proyección. Existe un abismo entre un personaje irracional e incongruente y lo que Kim Rossi Stuart nos ofrece en su interpretación.
Tampoco Charlotte Rampling en su papel de Nicole hace demasiado por hacer sustentable el conjunto de la obra. Su personaje pretende ser el alter ego de Gianni, aquel que le dice en qué dirección crecer, pero, al fin y a la postre, el director pretende hacernos creer que las trágicas enfermedades que padecen los hijos de ambos personajes son suficientes para explicar el marasmo de sentimientos que se alojan en la hierática cara de Nicole o en la inescrutable variabilidad de Gianni. Y no es así.
La verdad es que es una pena la inconsistencia manifiesta del guión porque, por un lado, la historia podría aprovecharse para contar asuntos de calado importante y, por otro, el director Gianni Amelio nos maravilló con Lamérica, una desgarradora visión de la Albania postcomunista.
Nada Recomendable
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