jueves, 12 de febrero de 2009

The Curious Case of Benjamin Button (El Curioso Caso de Benjamin Button)


Título: The Curious Case of Benjamin Button
Año: 2.008/167' EE.UU.
Director: David Fincher
Guión: Eric Roth sobre un cuento original de Scott Fitgerald
Música: Alexandre Desplat
Fotografía: Claudio Miranda
Reparto: Brad Pitt, Cate Blanchett, Taraji P. Henson, Tilda Swinton


Tiene David Fincher unas cuantas películas que merecen la pena. Sobre todas ellas brilla Fight Club (El club de la lucha) de 1.999. También nos ha dado otras para olvidar como Panic Room (La Habitación del Pánico) del 2.002. En esta ocasión, con la adaptación del ingenioso cuento de Fitgerald, David Fincher vuelve a contar con las superestrella de Hollywood Brad Pitt que es de lo mejor de la película. No así Cate Blanchett a quien no somos capaces de recordar una actuación digna de mención. Parece que para los premios de la academia de cine norteamericana de este año 2.009, a las productoras les ha dado por reunir antiguas parejas de protagonistas que les han dado ya buenas taquillas. Si DiCaprio y Winslet lo han hecho en Revolutionary Road (ver crítica más abajo), en este cinta repiten Pitt y Blanchett tal y como ya lo habían hecho en Babel de Iñárritu año 2.006. Allí Kate Blanchett estaba más soportable porque no hacía más que retorcerse de dolor en el suelo casi todo el largo metraje. Aquí, por desgracia, rellena más escenas. Las rellena y muchas las estropea porque no está a la altura en ninguna de ellas, luciendo, poco más que una piel bonita y, resultando poco creíble, como pareja del personaje principal en otras tantas.
Además de este lunar, la película de Fincher se deja ver por la calidad y la originalidad de la obra en la que se inspira. El resto son los efectos especiales, algo que todo el mundo ha destacado de esta película.
Lo que subyace al argumento es una historia de amor que no vence al elemento más devastador de todas las historias de amor que han existido: el tiempo. En esta ocasión, la tragedia del tiempo es todavía más feroz, si cabe, porque mientras uno de los polos de la relación sigue los dictados de las leyes de la entropía, el otro las altera y se ríe de ellas.
El problema es que el director se centra demasiado en la relación entre ambos y demasiado poco en la psicología interna de un personaje que es capaz de vencer a todas las leyes de la física. Probablemente, no sería algo inususal para casi nadie y sorprende que el personaje de Benjamin parece aceptar, durante el metraje, la situación como si tal cosa.
Y esto no ayuda a entender a Blanchett/Daisy y su loca pasión por el anómalo físico. Benjamin va de autista por la vida y su actitud frente al amor es de un estoico silencio que le lleva a ser un buen interlocutor porque escucha y escucha sin dar señales de vida de lo que ocurre por ahí dentro. Ese estoicismo frente a su situación parece marcar el éxito de todo lo que toca y deja prendada a una Daisy que se atonta con asistir al milagro del reverso de la flecha del tiempo. Claro que a muchos y a muchas ya les pasaría lo mismo con sólo ver a Brad Pitt sin necesidad de que haga nada extraordinario.
Sería bueno preguntarse qué ofrece o en qué mejoran los guiones made in Hollywood por ser interpretados por personajes tan atractivos desde el punto de vista de la concepción actual de belleza. Probablemente mejores taquillas porque la mitomanía es el rasgo de nuestro tiempo, pero calidad y credibilidad, poca.
Porque el caso curioso de Benjamin Button es que es un monstruo y el amor de los monstruos con el resto de los mortales siempre ha tenido algún detalle más en la historia del cine que la bobalicona pasión de Daisy/Blanchett. Monstruoso significa un prodigio, algo sobrenatural que no puede dejar indiferente a nadie y que todos deben cuestionarse sobre la naturaleza del hecho y ese cuestionamiento no aparece en la película.
Pero, como decimos, además de eso, los efectos especiales son muy buenos y los personajes principales están muy guapos.
Lo mejor: Brad Pitt realiza un buen trabajo. La fotografía. El cuento en el que se inspira.
Lo peor: Cate Blanchett. Un excesivo metraje. Mala definición de los personajes.
Ligeramente recomendable.

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