Título: Mongol
Año: 2.007/ 126' Kazajastán
Dirección: Sergei Bodrov
Guión: Arif Aliyev, Sergei Bodrov
Música: Tuomas Kantelinen
Fotografía: Rogier Stoffers, Sergei Trofimov
Reparto: Tadanobu Asano, Aliya, Tegen Ao, Ying Bai
Tiene Mongol muchas cosas interesantes. Empezando porque se ha elegido una figura tan legendaria como Gengis Khan para realizar una película épica cuyo centro neurálgico es la unificación de los pueblos nómadas mongoles bajo un mismo estandarte.
La cinta se centra en la vida de Temudgin/Tadanobu Asano (el mejor acero) desde su difícil infancia hasta convertirse en el Khan de la mayoría de las tribus, adentrándose apenas en el camino que le llevaría a edificar el mayor imperio conocido.
Cuenta Bodrov con un excelente actor que supone parte de la culpa del éxito de la película, Tadanobu Asano, ya conocido por sus fantásticas actuaciones en las prodigiosas Invisible Waves y Ruang rak noi nid mahasan (Vidas Truncadas) de Ratanaruang (2.006/2.003), en Vital de Tsukamoto (2.004) o en Zatoichi de Kitano (2.003). Tiene este actor una muy cuidada filmografía que le hace especialmente interesante y sus actuaciones siempre están a la altura de las grandes películas que ha protagonizado.
Mongol es una historia épica de civilización de un pueblo bárbaro a través de dos principios fundamentales, la confianza y la ley. Éstos son los principales éxitos de Temudgin/Asano para convertirse en unas de las figuras centrales de la historia del siglo XII, en el Gengis (Océano) Khan de los mongoles que someterá a su ley, no sólo a las tribus mongolas y tártaras, sino a casi todos los reinos chinos del momento, llegando a ocupar todas la Europa central.
Sirve también la cinta para mostrar cómo la imagen tópica de los mongoles es falsa.
Para ello se elige con cuidado los aspectos que se cuentan de la intersantísima biografía del Khan para que el espectador se conforme una idea del hombre más que del guerrero.
Para ayudar todavía más, la fotografía de las hermosas estepas mongolas juega el papel de escenario inmejorable para enmarcar la historia.
El conjunto es una bien trabajada película épica que se hace corta y demuestra cómo, hoy en día, el mejor cine viene casi siempre con el sello de Asia. En las cintas épicas también.
Lo mejor: Un buenísimo guión y un sobresaliente Tadanobu Asano. La fotografía
Lo peor: La violencia excesiva de las escenas de batalla parecen un reclamo para un tipo de público que no apreciaría la grandeza de la película.
Bastante recomendable.
La cinta se centra en la vida de Temudgin/Tadanobu Asano (el mejor acero) desde su difícil infancia hasta convertirse en el Khan de la mayoría de las tribus, adentrándose apenas en el camino que le llevaría a edificar el mayor imperio conocido.
Cuenta Bodrov con un excelente actor que supone parte de la culpa del éxito de la película, Tadanobu Asano, ya conocido por sus fantásticas actuaciones en las prodigiosas Invisible Waves y Ruang rak noi nid mahasan (Vidas Truncadas) de Ratanaruang (2.006/2.003), en Vital de Tsukamoto (2.004) o en Zatoichi de Kitano (2.003). Tiene este actor una muy cuidada filmografía que le hace especialmente interesante y sus actuaciones siempre están a la altura de las grandes películas que ha protagonizado.
Mongol es una historia épica de civilización de un pueblo bárbaro a través de dos principios fundamentales, la confianza y la ley. Éstos son los principales éxitos de Temudgin/Asano para convertirse en unas de las figuras centrales de la historia del siglo XII, en el Gengis (Océano) Khan de los mongoles que someterá a su ley, no sólo a las tribus mongolas y tártaras, sino a casi todos los reinos chinos del momento, llegando a ocupar todas la Europa central.
Sirve también la cinta para mostrar cómo la imagen tópica de los mongoles es falsa.
Para ello se elige con cuidado los aspectos que se cuentan de la intersantísima biografía del Khan para que el espectador se conforme una idea del hombre más que del guerrero.
Para ayudar todavía más, la fotografía de las hermosas estepas mongolas juega el papel de escenario inmejorable para enmarcar la historia.
El conjunto es una bien trabajada película épica que se hace corta y demuestra cómo, hoy en día, el mejor cine viene casi siempre con el sello de Asia. En las cintas épicas también.
Lo mejor: Un buenísimo guión y un sobresaliente Tadanobu Asano. La fotografía
Lo peor: La violencia excesiva de las escenas de batalla parecen un reclamo para un tipo de público que no apreciaría la grandeza de la película.
Bastante recomendable.
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