Título: Kynodontas (Canino)
Año: 2.009/ 94'/ Grecia
Dirección: Giorgos Lanthimos
Guión: Efthymis Filippou, Giorgos Lanthimos
Música:
Fotografía: Thimios Bakatatakis
Reparto: Christos Stergioglou, Michelle Valley, Aggeliki Papoulia, Mary Tsoni
Tenía curiosidad por un guión tan inquietante como éste y por los premios que el film cosechó. Lo cierto es que la originalidad de la narración supera con creces las expectativas. Durante el visionado recordé varias veces las películas de Michael Haneke, no sólo por el ambiente opresivo sino también por el predominio del color blanco y de esos espacios tan quirúrgicos que Haneke usó en alguna de sus películas. Desde ese punto de vista, el largo de Lanthimos consigue desde el primer minuto transmitir la claustrofobia que encierra toda la historia.
Esa originalidad de los planteamientos va alcanzando mayores porciones de interés a medida que la cámara, de forma fría y descarnada, nos presenta la vida de los habitantes de la casa. Memorables son los enredos con los que los padres de la familia consiguen mantener las ideas de sus hijos con respecto al mundo exterior.
Me llamaron mucho la atención, también, las similitudes entre algunos puntos de este guión con la de The Village (Shyamalan, 2.004) aunque existe una diferencia fundamental tanto en cuanto la de Lanthimos dirige la mirada a los aspectos más psicológicos de los personajes dejándonos a merced de unos decorados que no nos distraen ni un segundo. Por no haber ni existe, apenas, banda sonora.
La película mantiene el interés y camina con acierto y valentía por un terreno complicado de filmar, no existen mayores apoyos que el guión y los actores, algo que es, desde luego, muy meritorio. Ante el desafío, el largo sale con nota porque tanto el guión como los actores están a buen nivel.
Quizás hubiéramos preferido un punto más de reflexión acerca de las causas que desencadenaron la trama, o las consecuencias. Sin embargo no se hace ninguna concesión a la galería, el desenlace, también muy Haneke, no se despega ni un milímetro de los planteamientos iniciales. Pedir más podrái ser legítimo, pero pediríamos otra película. La que Lanthimos nos propone tiene unas evidentes virtudes que acallan un poco las ganas que nos quedan de preguntarle más cosas al guión. Pero es lo que es, para bien y para mal.
Lo mejor: El guión
Lo peor: Vacíos que quedan sin cubrir
Interesante y recomendable
Esa originalidad de los planteamientos va alcanzando mayores porciones de interés a medida que la cámara, de forma fría y descarnada, nos presenta la vida de los habitantes de la casa. Memorables son los enredos con los que los padres de la familia consiguen mantener las ideas de sus hijos con respecto al mundo exterior.
Me llamaron mucho la atención, también, las similitudes entre algunos puntos de este guión con la de The Village (Shyamalan, 2.004) aunque existe una diferencia fundamental tanto en cuanto la de Lanthimos dirige la mirada a los aspectos más psicológicos de los personajes dejándonos a merced de unos decorados que no nos distraen ni un segundo. Por no haber ni existe, apenas, banda sonora.
La película mantiene el interés y camina con acierto y valentía por un terreno complicado de filmar, no existen mayores apoyos que el guión y los actores, algo que es, desde luego, muy meritorio. Ante el desafío, el largo sale con nota porque tanto el guión como los actores están a buen nivel.
Quizás hubiéramos preferido un punto más de reflexión acerca de las causas que desencadenaron la trama, o las consecuencias. Sin embargo no se hace ninguna concesión a la galería, el desenlace, también muy Haneke, no se despega ni un milímetro de los planteamientos iniciales. Pedir más podrái ser legítimo, pero pediríamos otra película. La que Lanthimos nos propone tiene unas evidentes virtudes que acallan un poco las ganas que nos quedan de preguntarle más cosas al guión. Pero es lo que es, para bien y para mal.
Lo mejor: El guión
Lo peor: Vacíos que quedan sin cubrir
Interesante y recomendable