jueves, 14 de octubre de 2010

My Son, My Son, What Have Ye Done?


Título: My Son, My Son, What Have Ye Done?
Año: 2.009/ 93/ EE.UU.
Dirección: Werner Herzog
Guión: Werner Herzog, Herbert Golder
Música: Ernst Reijseger
Fotografía: Peter Zeitlinger
Reparto: Michael Shannon, Willem Dafoe, Chloë Sevigny, Brad Dourif, Michael Peña, Udo Kier, Loretta Devine, Grace Zabriskie, Irma P. Hall.

Inquietante película firmada por Herzog al que hay que agredecer muchas cosas en esto del cine, especialmente, Grizzly Man, 2005, documental de sensibilidad infinita. Pero también es frecuente en la filmografía de Herzog este tipo de películas inquietantes que a primera vista sorprenden y mucho. Si, para cocinar el pastel, metemos un poco de Lynch, sabemos ya de antemano que esto no va a ser coser y cantar.
Y a fe que no lo es. Es difícil, a simple vista, coger el hilo y responder al porqué de esta cinta. Yo he encontrado ciertas claves, por otro lado bastante evidentes, repasando el olvidado mito de Orestes, muy presente en toda la película.
Existen similitudes muy grandes entre el Orestes de la Grecia clásica y lo que vemos en la película de Herzog. La recreación del mito de Orestes sufre, a manos de Herzog, una presentación un tanto más centrada en la caracterización psicológica de Brad McCullum y menos en el hecho que lleva al asesinato.
La madre de Brad muere a manos de su hijo al igual que la madre de Orestes y ambas son ensartadas por una espada.
El Orestes griego mata a su madre y a su tío por venganza, porque ellos habían matado al padre de Orestes siendo niño. En la película, el tío de Brad y su madre, parecen negarle como persona; son dos figuras que, mediante reproches, el tío, y con una relación morbosa, la madre, cohíben la personalidad del hijo sobrino.
Brad, al igual que Orestes, escucha su destino de forma mística, en Delfos el griego, en Perú Brad. Ese destino marca la vida de ambos para ejecutar lo que ellos creen que es ley divina. Cuando Brad va a asestar el golpe mortal pide que, por favor, le detengan para no cumplir con el destino, castigar a su madre. ¿Por qué el castigo?, ¿por arruinar su vida?, ¿porque la considera la culpable de la desaparición de su padre? Son preguntas que quedan abiertas en el guión.
La utilización durante la película de aves de cuello largo también es un dato que ofrece una simbología muy cercana a la griega debido a que, en muchas ocasiones, dichos pájaros se usaban como símbolo de la virilidad masculina. Los flamencos con los que parece obsesionarse Brad son símbolos del proceso castrador de la madre que le llevan a desear su propia masculinidad a través de esos pájaros.
No es muy laborioso encontrar los paralelismos entre la historia de Orestes y la película de Herzog, otra cosa es por qué se nos recrea esta historia y si la recreación está bien conseguida. Hay muchos directores que traen de nuevo estas historias griegas porque cuentan narraciones universales en torno a los hombres y sus preocupaciones, la tragedia griega, además, educaba a los ciudadanos en cuanto a su comportamiento social, ¿Herzog pretende hacernos creer que los parámetros culturales no han cambiado tanto desde la antigua Grecia?, ¿prevenirnos de las lecturas religiosas extremas?, ¿de nosotros mismos?, puede ser.
La otra cuestión es si la narración está bien hecha. Aquí es donde tengo más dudas, creo que el excesivo uso de símbolos y la fiel traslación al momento real de la historia de Orestes hacen que se pierde frescura y ritmo en beneficio del intelectualismo de la pelicula. Además, nuestra cultura siempre estará impreganda por las lecturas psicoanalíticas de dichos mitos y esas lecturas ya vivieron momentos mejores y ya han sido muy explotadas en el cine, por el propio Lynch, sin ir más lejos.
El reparto es de muchos quilates y el desempeño de todos, con Michael Shannon a la cabeza,  resulta un elemento más para que en la película pesen más los pros que los contras.
Lo mejor: La dificultad que entraña el proyecto que Herzog intenta consumar.
Lo peor: Las acciones sufren frente al protagonismo del símbolo.
Interesante pero inquietante.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores