jueves, 11 de noviembre de 2010

Due Date (Salidos de Cuentas)


Título: Due Date
Año: 2010/ 100'/ EE.UU.
Dirección: Todd Phillips
Guión: Alan R. Cohen, Alan Freedland, Todd Phillips, Adam Sztykiel (Story: Alan R. Cohen, Alan Freedland)
Música: Christophe Beck
Fotografía: Lawrence Sher
Reparto: Robert Downey Jr., Zach Galifianakis, Jamie Foxx, Michelle Monaghan, Juliette Lewis, Rhoda Griffis, RZA, Matt Walsh, James Martin Kelly, Brody Stevens.

La comedia es un género que, al igual que las películas de terror, ha tenido tiempos mejores. La industria de Hollywood se ha caracterizado en los años cincuenta y sesenta por grandísimas comedias pobladas por enormes actores y guionistas. Hoy en día, los Adam Sandler y los Ben Stiller de turno no tienen el talento necesario para revivir un género que siempre ha sido santo y seña de Hollywood.
La primera película que veo de Todd Phillips no me ha dejado indiferente, vista su carrera hasta la fecha no parecería muy aconsejable ver esta producción.
La película es una road movie con momentos de comedia verdaderamente brillante y otros no tanto. Pero los aciertos de la misma comienzan por un reparto en el que sobresale la figura de un gran actor como es Robert Downey Jr., para mí uno de los grandes pero a quien sus problemas personales y su mal ojo con las películas le tienen un tanto alejado del Olimpo de los grandes. El otro gran activo del film es Galifianakis, actor exagerado pero que entona muy bien el papel, probablemente porque su personalidad se debe parecer mucho a lo que interpreta. La mezcla no sólo de ambos actores sino de ambas personalidades produce durante la primera media hora larga de película buenos momentos.
Esos buenos momentos surgen de unos diálogos y situaciones bien construidas donde el absurdo nace de la solución extravagante de conversaciones o situaciones comprometidas.
La película se estropea un tanto en la segunda mitad porque ocurren dos cosas. En primer lugar desaparece el antagonismo entre los dos protagonistas que servía de nexo de unión y punto fuerte del inicio del film. Al desaparecer ese factor se pierde uno de los elementos más originales y mejor llevados de la producción.
El segundo problema es la elección disparatada de las acciones, los personajes, bien construidos y mejor trenzados, se someten a un delirio de acción que entorpece el desarrollo de esa pareja tan variopinta.
Se pierde, por tanto, ese aire de experimento que tenía el metraje para acercarse peligrosamente al dominio de la gamberrada sin más.
Aún así, la película de Phillips, lejos de estar en la reducida canasta de las grandes comedias de Hollywood, sí que está por encima de las comedias paridas, por ejemplo, por Ben Stiller, tanto en interpretación como en el sentido de la inteligencia de su humor.
Habrá que ver The Hangover (Resacón en las Vegas, 2.009) para ver si esto es un espejismo o existe, también allí, trazas de un cine de comedia inteligente.
Lo mejor: Robert Downey Jr., la primera media hora.
Lo peor: Se cae en el delirio en vez de explotar lo bueno conseguido.
Interesante.


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