martes, 15 de enero de 2013

Life of Pi (La vida de Pi)

Título: Life of Pi (La vida de Pi)
Año: 2.012/ 125'/ EE.UU.
Dirección: Ang Lee
Guion: David Magee
Música: Mychael Danna
Fotografía: Claudio Miranda
Reparto: Suraj Sharma, Irrfan Khan, Rafe Spall, Tabu, Adril Hussain, Shravanthi Sainath, Ayush Tandon, Vibish Sivakumar, Gérard Depardieu

El doblaje que tuve el disgusto de sufrir es escandaloso, no tuve más remedio que ver esta película doblada y me ha servido para convencerme, si cabe más, de que el doblaje es un delito, grave.
Pero no es justificación para que los aciertos y los errores de la cinta se pudieran apreciar. En mi caso los errores se impusieron a los aciertos, por goleada.
He de reconocer que el aspecto visual de la película es lo más atractivo, ahí se ve la mano de Ang Lee y el respaldo económico que esta historia ha tenido detrás. Pero otra cosa es el pobre guion.
Todas las premisas que al principio ofrece el guion son olvidadas, evaporadas en el aire dejando al espectador bajo el único sustento de una fotografía espectacular.
Se nos promete una historia en la que la se demostrará la existencia de la espiritualidad, de dios, se atreve a decir el protagonista ya adulto. Sin embargo asistimos a una serie de fuegos artificiales en los que cualquier contenido acerca de aquellas premisas ha desaparecido por completo. Tan desaparecido está el asunto que es posible que todo lo que se nos ha contado no sea más que la imaginación de un esforzado naúfrago, y nada hubiera pasado. Nada, porque la historia, tal y como Ang Lee nos la ha contado, no tiene nada que ver con espiritualidad, ni con el sentido de la vida, ni con dios, tampoco con la moral o con lo que quieran ustedes ver, se trata de un lujoso y caro envoltorio para una nada pedante y pueril.
Todo símbolo tiene su fortaleza en aquello que representa y en la forma en cómo lo representa, en el caso de Life of Pi, los símbolos son proyecciones un tanto delirantes de las fortalezas y debilidades del protagonista; puestos a diseccionarlos, sólo tienen su fuerza en su belleza, al igual que toda la película, al igual que un fuego artificial del que nadie se acuerda a los pocos minutos.

Lo mejor: La fotografía
Lo peor: El guion
Floja




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