miércoles, 25 de febrero de 2009

Someone like you


Título: Someone like you
Año: 2.001 / 100' EE.UU.
Dirección: Tony Goldwyn
Guión: Elizabeth Chandler (Novela: Laura Zigman)
Música: Rolfe Kent
Fotografía: Anthony B. Richmond
Reparto: Ashley Judd, Greg Kinnear, Hugh Jackman, Marisa Tomei

Hay cosas que son difíciles de perdonar y a Ashley Judd ya le llevo acumuladas unas cuantas, la penúltima de ellas es la más grave porque Bug (William Friedkin/2.006) es de lo peor que he visto en los últimos años. Pero la lista no se acaba ahí, Heat (Michael Mann/ 1995) o Kiss the Girls (El Coleccionista de Amantes. Gary Fleder/ 1997) también pueblan mi memoria como desastres cinematográficos. Y Someone like you no va a redimirla
Con algunas excepciones como The Prestige (El truco final: el prestigio/Christopher Nolan/2.006), Hugh Jackman tampoco nos ha ofrecido garantías. La saga de X-Men (del 2.000 al 2009), Van Helsing (Stepehn Sommers/ 2.004) o Scoop (Woody Allen/ 2.006) no hablan a favor del actor.
De Tony Goldwyn es la primera película que veo y, pese a llevar tan ilustre apellido y a ser el nieto del productor Samuel Goldwyn, espero no tener más el placer.
La película es mala. La intención de realizar una reflexión en torno a la naturaleza de los sentimientos de los hombres y las mujeres y sus mutuas relaciones y combinaciones, no consigue ni un grado de inteligencia o gracia.
Los secundarios a quienes esta clase de películas suele dar papeles agradecidos y recordados fracasan o bien porque el personaje es un desastre, caso de Ellen Barkin/Diane Roberts, o bien porque la actriz simplemente es mala, caso de Marisa Tomei/Liz.
Al guión se le ve de lejos, y eso no tiene por qué ser malo si no fuera porque carece de los elementos básicos y mínimos de toda buena comedia. Aparece la historia contada como si de una tesis doctoral fuera, con sus hipótesis y sus tesis, y hasta posee el intento de dotar de cierta cientificidad a lo que se está diciendo, pero la poca clase y la poca gracia arruinan el intento.
Y todo eso aun cuando el objetivo de la película no es del todo deleznable. Pretende hacernos ver que no todos los hombres son unos cerdos que sólo piensan en llevar a la cama a la más joven del salón y que, algunos, pocos, pueden vivir con eso que llaman compromiso.
Pero para hacer ese esfuerzo, que tampoco es que sea llegar a Marte, lo único que se consigue es el ridículo más absoluto. Una pena.
Lo mejor: Dura poco
Lo peor: El resto
Recomendable no verla.

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