jueves, 27 de octubre de 2011

Source Code (Código Fuente)


Título: Source Code
Año: 2.011/ 87'/ EE.UU.
Dirección: Duncan Jones
Guion: Billy Ray, Ben Ripley
Música: Chris Bacon
Fotografía: Don Burgess
Reparto: Jake Gyllenhaal, Michelle Monaghan, Vera Farmiga, Jeffrey Wright, Russell Peters, Michael Arden, Cas Anvar, Craig Thomas.

Del director Duncan Jones pude ver la muy especial Moon, 2.009, en la que un cuidadísimo guion, acompañado de una puesta en escena muy personal, conseguía una cinta tremendamente sugerente y bien elaborada.
Allí se mezclaba el buen hacer cinematográfico con una narración a medio camino entre la ética, la ciencia ficción y la filosofía con un trabajo de muchos quilates y reflexión.
En Source Code se nos vuelve a plantear una historia en la que la ciencia está muy presente. Las teorías de cuerdas y de universos paralelos son la base científica a partir de la cual se da rienda suelta a la imaginación para elaborar una trama que tiene, evidentemente, con poco de verosimilitud.
La narración se plantea de forma trepidante con una primera media hora primorosa con un ritmo vertiginoso sustentado en el buen hacer de uno de los actores que nunca defrauda, Gyllenhaal, y de Vera Farmiga.
Técnicamente irreprochable, hay mucho sentido fílmico a la hora de elaborar las secuencias de escenas de esa primera media hora.
El problema es que Duncan Jones no parece haber sido del todo libre a la hora de decidir los derroteros de la historia porque aquí está trabajando para Hollywood.
Y Hollywood sabe que lo que da dinero son unos determinados formatos de película y que ninguna transgresión a esos códigos, salvo contadas excepciones y por razones poco claras, se ha convertido en un taquillazo, que al final es lo fundamental.
La historia daba para mucho más si se hubieran seguido el espíritu que animó a Moon, película en la que la taquilla no parece ser lo fundamental a la hora de elegir el fondo y la forma de la narración.
En Source Code, por desgracia, lo es. Y por ahí se van buena parte de las bondades de la película. Lo fantasioso de los últimos minutos acaba convirtiéndose en casi grotesco porque Groundhog Day, Atrapado en el tiempo, 1.993, aparece en la comparación demasiadas veces y porque la imposición de un determinado hilo argumental no deja que trasluzca lo verdaderamente interesante que pasa a un segundo plano. Al ocurrir esto, la atención del espectador se relaja hacia lo previsible del esquema. 
Sin embargo, Duncan Jones maneja su cámara de forma magistral; aunque Hollywood sea la propuesta final, sin embargo hay un cierto poso de reflexión científica que recuerda a Moon y, además, el trabajo de Gyllenhaal es sobresaliente.

Lo mejor: Gyllenhaal
Lo peor: Los últimos diez minutos
Interesante

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