martes, 27 de noviembre de 2012

Les neiges du Kilimandjaro (Las nieves del Kilimanjaro)

Título: Les neiges du Kilimandjaro (Las nieves del Kilimanjaro)
Año: 2.011/ 109'/ Francia
Director: Robert Guédiguian
Guion: Robert Guédiguian
Música: Pascal Mayer
Fotografía: Pierre Milon
Reparto: Ariane Ascaride, Jean-Pierre Darroussin, Gérard Meylan


Película plagada de buenas intenciones con un reparto interesante pero con notables problemas de guion. Sería de agradecer que el maniqueísmo de la cinta fuera menos exagerado. Hace poco que hablábamos de la película de Dexter Fletcher, Wild Bill, ambos guiones son perfectamente comparables porque juegan con la misma idea, el mismo eje común acerca de la catarsis de personajes que son confrontados con una situación límite. En la película británica, a pesar de no ser una película redonda, los personajes de los niños son tratados de una forma mucho más creíble. En la de Guédiguian parecen guiñapos a merced de la historia principal, la falta de acierto y la pereza a la hora de solucionar esos cabos, alejan mucho de las buenas intenciones que tiene el guionista. Aleja al espectador porque no es posible ni creíble que los hermanos del ladrón reaccionen de esa manera. Suena a trampa, suena a querer engañar al espectador para vender el producto.
Más allá de ese grave problema, el mensaje adolece de un maniqueísmo y de una simplicidad exacerbada. El bien y el mal son algo relativos, no existen en puridad, no existen como realidades separables que, por sí, tienen realidad ontológica. Los griegos ya supieron ver esto cuando afirmaban que el hombre es la medida de todas las cosas. El guion de Guédiguian parece optar por lo contrario, mantiene posturas demasiado extremas, demasiado poco matizadas. 
Por el camino, el guion, aparte de los mencionados niños, va dejando otros fiambres por el camino, como el ladrón malo del que nadie se acuerda y que, probablemente, pudiera tener una historia que merezca la misma o mayor consideración.
Lo que ha escrito Guédiguian es una cuento que tranquiliza conciencias, que nos hace creer que la realidad todavía es salvable, pero la realidad es muy tozuda. Tan tozuda que desenmascara la historia de Guédiguian como una gran mentira. Falsa, absurda y demasiado francesa.

Lo mejor: El reparto
Lo peor: El guion
No recomendable






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