domingo, 22 de enero de 2012

Katmandú, un espejo en el cielo



Título: Katmandú, un espejo en el cielo.
Año: 2.011/ 104'/ España
Dirección: Icíar Bollaín
Guion: Icíar Bollaín
Música: Pascal Gaigne
Fotografía: Antonio Riestra
Reparto: Verónica Echegui, Sumyata Battarai, Norbu Tsering Gurung

Conmovedora historia de búsqueda personal que refleja, ante todo, los deseos de una mujer por encontrar su lugar.
El guion de Icíar Bollaín, cuyas películas siguen teniendo una detrás de otra una voz personal, opta por apartarse de lo más fácil, o de no regodearse, para contarnos una historia en la que lo importante es el personaje principal y la búsqueda, quizás de sí misma que debe llevar a cabo.
Ese personalismo de la historia nos lleva a que la carga de la misma sea interesante o no en función de lo que el personaje principal siente y padece. Y a veces resulta exagerada porque existe un exceso de simpatía por parte del personaje. Si bien es cierto que por ejemplo para Hume el sentir con otro es el origen de la moral, sin embargo, ese sentimiento del otro y con el otro no se puede llevar al paroxismo, de lo contrario se confunde con la compasión.
Siempre nos quedará la duda de si quien ayuda no se está ayudando realmente a sí mismo a encontrarse, eso que se llama retorno tiene muchas caras.
No obstante, ninguno de estos peros puede arruinar una película bien construida en la que la elección del guion pasa por convertir en heroína a quien ha decidido privarse de muchas cosas para poder sentir con la gente.
¿Hubiera sido más fácil haber optado por una postura menos de primer plano y fijarse en el trabajo y en lo que rodea a la protagonista en aquel país?, quizás más atractivo porque el personaje definido aparece como ya visto y bastante previsto, a pesar de que pueda ser verdad, pero también es cierto que la riqueza de los matices que la rodean en el film nos dan un gran sabor de boca.
En todo caso las historias son de quienes las cuentan y de las palabras que eligen al contarlas e Icíar Bollaín ha elegido estas y no otras, quizás para dejar muy claro que lo importante que hay que contar es acerca de la búsqueda más que de los resultados.
En ese camino tiene una importancia especial, debido al peso del personaje, la actriz Verónica Echegui que es capaz de dotar al personaje de credibilidad y que con ese aire Natali Portman ofrece la fragilidad necesaria para conmover, aunque también es cierto que en los momentos más sentimentales ofrece sus peores registros.
La banda sonora de Pascal Gaigne ofrece, como siempre calidad, la fotografía y el gusto de la cámara suman mucho al total general.
En definitiva, una película interesante, con voz propia y que merece la pena para seguir caminando en busca de nosotros mismos.
Es fundamental verla, como siempre, en versión original, la versión doblada destroza la película

Lo mejor: La dirección
Lo peor: La irregularidad
Interesante






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