miércoles, 21 de abril de 2010

Yi sa bui lai (Isabella)

Título: (Yi sa bui lai) Isabella
Año: 2.006/ 91' /Hong Kong
Dirección: Pang Ho-Cheung
Guión: Pang Ho-Cheung
Música: Peter Kam
Fotografía: Charlie Lam
Reparto: Chapman To, Isabella Leong, Josie Ho, Kwok Cheung Tsang


El ritmo es lo primero que llama la atención de este inquietante filme. En los últimos años, el cine hongkonés ha dado grandísimas películas en las que lo frenético de sus guiones era una constante. Sin ir más lejos, el propio Pang Ho-Cheung ha variado, enormemente, en este film, de lo que nos tenía acostumbrados.
En esta ocasión nos regala una historia intimista en la que hay suficientes guiños a una atmósfera portuguesa como para no verla desde un punto de vista fadista.
Los personajes y las acciones suenan a las tragedias, desamores y soledades que cantan muchos fados famosos. Tampoco descubro nada nuevo si vemos que el tema elegido para la banda sonora y el trailer oficial no es sino uno de los temas más famosos de la fadista Mariza.
El guión nos habla, sobre todo, de soledad. La soledad patológica de un personaje desterrado de los sentimientos normales que se le suponen a una persona y su lucha por recuperar esos sentimientos a través de la figura que cree paterna.
Si ese es el foco de atención, sin embargo, hay otros temas de interés que desgrana la película y que se van fundiendo con el principal.
Hay ciertos aspectos costumbristas en la cámara que filma de forma tan conmovedora un Macao que está a punto de transferir su soberanía de Portugal a China. Hay una crítica larvada y feroz al clima social que vive Macao de corrupción y violencia, en todo caso, las críticas, si bien son evidentes, se hacen de manera pausada a través de un recurso que todavía rompe más el ritmo y sirve para destacar los cuadros, algunos de una belleza superlativa, que se enmarcan en la pantalla.
Los personajes principales, con dos interpretaciones sobresalientes de Chapman To y de Isabella Leong, adquieren el protagonismo de dos figurantes que se ven envueltos en ese clima de decadencia y corrupción y que, cada uno a su manera, intentan salvar sus vidas de ese ambiente de desolación y desesperanza. Las mentiras, los sueños y el crecimiento de cada personaje a lo largo de la trama, conducen siempre al mismo objetivo que es escapar de la soledad en la que se encuentran.
Muy interesante es el cambio del personaje del policía corrupto que es quien parece transformarse escena a escena igual que cambian esas nubes que el director nos enseña una y otra vez.
Otra cosa es que para contar esa narración que tiene momentos muy interesantes, el director nos haya propuesto casi un viaje pictórico que se aleja, por momentos, del lenguaje cinematográfico. Para mí ese es el peor defecto de la película. Es cierto que de la mezcla de géneros, técnicas y artes ha dado productos interesantes, pero hay un hartazgo, por lo menos para mí, cuando los cuadros, por muy bonitos que sean, que pinta la cámara, se repiten una y otra vez de forma incesante. Digamos que ya había quedado claro la primera vez y esa reiteración constante de preciosismos arruina parte del interés del largo. No estamos frente a un artificio vacío, ni mucho menos, pero sí a ante una pérdida de la tensión necesaria para conseguir que la trama no decaiga, que es algo fundamental a la hora de contar una historia. En todo caso sí que se transmite el aliento de una soledad desgarradora.
Lo mejor: Las imágenes que ponen marco a un fado.
Lo peor: La repetición de las mismas constantes amarga la experiencia.
Bastante interesante.



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