sábado, 21 de agosto de 2010

Franklyn

Titulo: Franklyn
Año: 2.008/97'/ Gran Bretaña
Dirección: Gerald McMorrow
Guión: Gerald McMorrow
Música: Joby Talbot
Fotografía: Ben Davis
Reparto: Ryan Phillippe, Eva Green, Sam Riley, Bernard Hill, Georgia MacKenzie, Susannah York

Recuerdo a bote pronto unas cuantas películas en las que existe el mismo transfondo que en Franklyn, la enfermedad mental como huida hacia delante. La construcción de una realidad alternativa como solución a los problemas que acechan entre los demonios cotidianos.
El hecho de que la originalidad no sea el fuerte del guión de este metraje, por lo menos en sus líneas gruesas, no debe distraernos de que sí que existen elementos argumentales interesantes que tienen aciertos suficientes como para merecer detenerse un instante a analizarlos.
Me ha parecido muy digna la forma en la que se ha trabajado el recurso de los mundo paralelos, aparte de la elegancia estética del gotismo de Meanwhile City, hay un suave ir y venir del aquí al allí que le da ritmo y oficio a la narración.
La trama resulta un tanto previsible y es una pena que se juegue con el resultado efectista que se presume va a tener en el espectador. Pero otro acierto que existe en este guión es el engarce de dos historias que sirven de conexión entre ambos mundos. Cada una de las historias, la principal y la accesoria, pertenecen a cada mundo y en teoría no existe mayor nexo de unión entre ellas que las casualidades que el guión va apuntando sobre una u otra. Hay una hilación entre ambas, pero exclusivamente al origen de ambas, no en cuanto a su naturaleza o su desarrollo. La idea que ha tenido el director y guionista al intentar enlazar ambas historias es muy ocurrente y supone un momento de brillantez del guión, otra cosa es que la manera en cómo se ha hecho deje bastante que desear y sea una concesión a la galería y a los supuestos gustos de la supuesta mayoría.
En cuanto a los actores hay que destacar y mucho a Eva Green, la Isabelle de The Dreamers de Bertolucci (Soñadores, 2.003) por encima de un apagado Ryan Phillippe y un mortecino Sam Riley, Eva Green dota a su personaje, Emilia Bryant de un esteticismo que es difícil que no cayera en el manierismo, su actuación tiene mucho de acierto en ese empeño. Menos me ha gustado en su versión de Sally, pero es que el papel tiene mucha menos fuerza y quizás las líneas no requieran otra cosa que lo que Eva Green ha hecho. Con respecto a Sam Riley, me parece un acierto por parte del responsable del casting porque su imagen es coherente con el rol que debe desempeñar, sin embargo su actuación resulta falsa y fingida en muchas escenas claves. Ryan Phillippe cumple sin más con su papel y no ofrece síntomas de mejoría con respecto a anteriores papeles.
La eterna lucha entre que ha tenido el hombre desde hace mucho tiempo con respecto a discernir la realidad y lo que no es realidad, ha llevado no sólo a poderosos libros y ensayos filosóficos, sino también a increíbles guiones cinematográficos en los que los seres humanos intentan luchar contra sí mismos y contra la realidad para acabar de saber cuál es su naturaleza y la de ellos mismos. 
Resulta una pena que este guionista que demuestra dotes evidentes haya preferido encaminarse por lo fácil en vez de regalarnos algo con mayor enjundia porque hay leves, tenues y sinuosas muestras de ello a lo largo de la producción.
Para terminar sólo una palabra para la banda sonora que tiene los mismos aciertos y defectos que el guión.
Lo mejor: Lo que sugiere el guión, Eva Green
Lo peor: Las decisiones que el guión va eligiendo
Pasable.



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