lunes, 30 de agosto de 2010

Soul Kitchen


Título: Soul Kitchen
Año: 2.009/99'/Alemania
Dirección: Fatih Akin
Guión: Fatih Akin, Adam Bousdoukos
Música: Pia Hoffmann
Fotografía: Rainer Klausmann
Reparto: Adam Bousdoukos, Moritz Bleibtreu, Birol Ünel, Anna Berdeke, Pheline Roggan, Lukas Gregorowicz, Dorka Gryllus, Wotan Wilke Möhring, Monica Bleibtreu, Cem Akin, Udo Kier, Lars Rudolph

El cine alemán ha dejado en estos dos últimos años bastantes películas de buena factura que tienden a una visión postmoderna de la realidad, personajes autodestructivos que viven vidas desestructuradas y paranoicas que muestran una Alemania joven y disparatada, Berlin Calling de Stöhr, 2.008 y Run, Lola Run, que tiene algunos años más (Tom Tykwer) me parecen los ejemplos más sobresalientes.
Esta comedia de Akin la leo en la misma línea con unas gotas de sus temas de siempre, la inmigración y la falta de adecuación a una realidad extraña.
Esta narración en clave de comedia se aleja de lo que solía hacer este director en sus últimas películas y parece que lo de la comedia no es lo suyo.
Los personajes no tienen mayor nexo de unión que el restaurante sobre el que levitan sus vidas, muchos de ellos no son verdaderos personajes sino contrapuntos para conseguir algún gag gracioso que es repetido hasta una cansina saciedad.
El placer de la comidad y sus conexiones sensuales se han utilizado con muchísimo acierto en cintas como en la cinta de Ang Lee del año 94 Yin shi nan nu (Comer, Beber, Amar) o en la deliciosa Babettes Gaestebud (El Festín de Babette, Gabriel Axel, 1.987) Fatih Akin pretende un algo de esto, una transformación de los personajes a través de la gastronomía pero los resultados no son catárquicos sino un tanto grotescos. Casi todos los personajes están convertidos en giñapos que están al servicio del gag y no al revés, tal y como ocurre en las buenas comedias en las que el personaje no pierde su personalidad por el gag, al contrario. En Soul Kitchen es el gag el que posee al personaje, eso ocurre con los personajes de Illias Kazantsakis  y sus compañeros de faena, el cocinero Shayn Weiss, el pseudo empresario Thomas Newmann y, alcanzando el paroxismo, Frau Schuster vom Finanzamt.
Por suerte los actores, en general, ofrecen buenas interpretaciones, algunas de ellas, como la de Moritz Bleibtreu, salvan al personaje.
Las escenas no se encandenan adecuadamente, no existe mayor nexo de unión entre ellas que una deslabazada historia sobre un restaurante y su dueño que pelean por no ser engullidos en la vorágine circundante. 
La música que se intercala como conciertos ofrecidos en el restaurante resulta, al igual que los gags, fuera de foco y sin mucha conexión con lo que debe ser el centro del asunto, el guión. La trama parece perder el hilo en muchos momentos de la película en virtud de un efectismo y un postmodernismo que no alcanza las cotas de calidad necesarias.
Todas las tramas y subtramas son previsibles, no existe una verdadera lectura de los personajes a través de ellas, lo que es un gravísimo error, una comedia es mucho más que la sucesión disparatada de momentos supuestamente ingeniosos.
Lo mejor: La actuación de Moritz Bleibtreu
Lo peor: El guión
No recomendable.

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