viernes, 23 de septiembre de 2011

El regreso


Título: El regreso
Año: 2.011/ 95'/ Costa Rica
Dirección: Hernán Jiménez
Guion: Hernán Jiménez
Música: Federico Miranda
Fotografía: Nicolás Wong
Reparto: Hernán Jiménez, Bárbara Jiménez, Monserrat Montero, Daniel Ross, Rodolfo González, Andre Boxwill, Luis Fernando Gómez, Fernando Chironi.


Segundo largo de Hernán Jiménez quien, después de la exitosa A ojos cerrados, 2010, se embarca en una historia más pretenciosa desde todos los puntos de vista para la que necesitó incluso pedir financiación particular a través de internet.
El resultado de este largo tiene dos lecturas, bien si lo valoramos desde el punto de vista de lo que supone para el cine costarricense la irrupción de la figura de Hernán Jiménez o bien si la valoramos desde una perspectiva más abierta.
No cabe duda de que estamos ante lo mejor que el cine costarricense puede ofrecer hoy en día, tanto en guion como, sobre todo, en sensibilidad fílmica, Hernán Jiménez es un soplo de aire fresco que viene a enseñar a mayores presupuestos lo que se puede hacer con casi nada. 
Desde una perspectiva internacional, su película es más que correcta, con muchas virtudes y algunos defectos graves en los que merece la pena detenerse.
Para empezar por el guion es en lo que peor se mueve la película, especialmente de trazo grueso es la relación entre el protagonista y su padre; aparentemente crucial para entender la narración, dicha relación no aparece más que sugerida y la forma de tratarla es un tanto grotesca dando los peores momentos del largo.
La narración principal entre los dos protagonistas que simbolizan dos formas diferentes de comprender la Costa Rica actual, también adolece de estereotipos muy manidos que no ayudan a encontrar un lenguaje propio.
Hernán Jiménez funciona maravillosamente cuando se pone detrás de la cámara y pretende hablarnos con ella. Son, de largo, los mejores momentos de su interesante película. Es ahí donde reside su gran valor porque su sensibilidad de encuadre convierte su narración en algo desigual; sin palabras, se convierte en original, arriesgado y, como digo, de alta sensibilidad. Los planos mudos del comienzo del largo y los del final en el momentos en el que el protagonista es abandonado en la autopista, son los mejores. En cambio, las frases del guion, sin ser especialmente malas, no aguantan el nivel en muchos de los pasajes, falta naturalidad y falta mucho trabajo en ese guion.
Por eso es mejor su primera película en la que el guion deja un gran espacio a la cámara ganando con ello en sensibilidad y narración fílmica.
Pero en El regreso hay historias muy bien contadas como la de Antonio, Hernán Jiménez, con su amigo César, fantástico Daniel Ross, o la breve relación con Paolo, también estupendo Rodolfo González, ahí la narración funciona bien porque la cámara habla más.
En cuanto a la historia es desigual en cuanto a ritmo, comienza de forma atrevida e interesante para caer en caminos más convencionales a mitad de metraje y acaba con cierta confusión y apresuramiento.
Las actuaciones son algo a destacar en el largo, especialmente la de los citados secundarios, Daniel Ross y Rodolfo González junto al brillante papel del niño Andre Boxwill y la hermana Bárbara Jiménez. Tampoco desdice su trabajo Monserrat Montero, aunque su papel en el guion no es muy lucido. Hernán Jiménez no actúa bien y de eso se resiente su película que, insisto, es un orgullo para el cine porque, a pesar de sus medios y sus errores, tiene buenos aciertos.
Es un acierto, en los tiempos que corren, realizar una reflexión de corte tan poco nacionalista como la que aquí se hace. La crítica y más la autocrítica no son fáciles. Considerar que los lugares los hacen las personas y que son ellas las que los hacen buenos o malos más allá de banderas e himnos merece su reconocimiento.
La fotografía es buena y la banda sonora está al nivel de la película.

Lo mejor: Daniel Ross, Rodolfo González y Andre Boxwill
Lo peor: La actuación de Hernán Jiménez
Interesante


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