sábado, 10 de septiembre de 2011

Un franco, catorce pesetas


Título: Un franco, catorce pesetas
Año: 2.006/ 105'/ España
Dirección: Carlos Iglesias
Guion: Carlos Iglesias
Música: Mario de Benito
Fotografía: Tote Trenas
Reparto: Carlos Iglesias, Javier Gutiérrez, Nieve de Medina, Isabel Blanco, Iván Martín, Tim Frederick, Eloisa Vargas, Aldo Sebastianelli, Ángela del Salto, Isabelle Stoffel

Por debajo de todos los problemas que subyacen a esta película, no cabe duda de que se debe detener uno también en los aciertos. La pena es que los aciertos de la cinta haya que encontrarlos en elementos casi ajenos al cine porque, formalmente, esta cinta deja mucho que desear. 
Porque entre los aciertos hay que destacar el buen ojo a la hora de seleccionar el tema, la necesidad de un guion sobre la emigración española de los años sesenta y el arrojo con el que la película parece estar concebida.
El problema es que hasta ahí alcanzan las bondades del film porque no se puede juzgar el cine, o no se debe, en función de sus intenciones, sino de sus realidades. Y puestos a analizarlas, no cabe duda de que el resultado de la primera factura en largo de Carlos Iglesias deja mucho que desear.
Las actuaciones no ofrecen mucha credibilidad, especial mención merece Nieve de Medina que se ha encargado de destrozar su personaje bien destrozado. 
Pero lo que merece un análisis para descubrir sus defectos es un guion que no está bien concebido desde la primera línea. Hay escenas que deben ser trágicas y resultan un tanto cómicas porque las líneas que los personajes deben recitar no tienen mucho que ver con las emociones sino con lo que se supone que se debe decir. Así se pasa por encima de la supuesta ruptura de una familia con una asombrosa facilidad. Casi del mismo modo por el que se pasa por haber sido víctimas de un timo en toda regla que ha supuesto varios años de ahorros. No parece que el guionista haya entido bien cuáles son las apuestas y las consecuencias de las apuestas que se querían hacer.
Más que un todo coherente como guion nos las tenemos que ver con una serie de buenas intenciones, insisto, y una serie de clichés con los que se pretende zanjar una cuestión peliaguda, y más cuando hablamos de seres humanos sujetos a dichas tesituras.
El guion no puede adornarse con estrategias de historias paralelas que por no saber cerrarlas se cierran a martillazos.
Pero eso no quita que el tema sea interesante, no quita que a mucha gente le parezca entretenido hablar sobre la España de esa época, pero, una vez más, el cine se trata de contar historias y ésta está muy mal contada por mucho que muchos se vean reflejados en la historia.
¿Dónde acaba la relación del protagonista principal con Hanna?, ¿y la de su compañero de emigración con la otra chica suiza?, ¿y la de la mujer de Martín con su familia política?, ¿y qué ocurre con la estafa?

Lo mejor: Las intenciones
Lo peor: Nieve de Medina y el guion.
No recomendable

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