viernes, 10 de febrero de 2012

Io sono l'amore (Yo soy el amor)


Título: Io sono l'amore (Yo soy el amor)
Año: 2.009/ 120'/ Italia
Dirección: Luca Guadagnino
Guion: Luca Guadagnino, Barbara Alberti, Ivan Cotroneo, Walter Fasano
Música: John Adams
Fotografía: Yorick Le Saux
Reparto: Tilda Swinton, Flavio Parenti, Edoardo Gabbriellini, Alba Rohrwacher, Pippo Delbono, Diane Fleri, Maria Paiato, Marisa Berenson, Waris Ahluwalia, Gabriele Ferzetti.

Película un tanto a la vieja usanza, más por el fondo que por la forma, que guarda lo mejor para el final.
Como en La caduta degli dei (La caída de los dioses, Visconti, 1.969) se narran las vicisitudes de una familia que debe tomar una decisión ante los cambios que los tiempos traen consigo.
Si allí había que tomar partido por el nuevo orden político, aqui se trata del fenómeno globalizador que parece querer engullir también la forma casi romántica de dirigir una empresa que ha traído la fortuna al apellido.
Los Recchi deben decidir qué lado del tablero ocupan. 
Ésta es la premisa que a base de un simbolismo claro y recurrente separa con una espada entre aquellos miembros de la familia que deciden por la felicidad de aquellos que eligen la practicidad.
De corte decimonónico, el estilo de vida de la casa contiene los vicios sociales y morales de otros momentos. Las cosas no se dicen a la cara, las normas son claras, la hipocresía puede a la verdad, la convención al amor.
Pero existe un destello de ruptura en todo eso, un atisbo de que ese orden se desmorona, de que los tiempos nuevos traen nuevas normas y nuevos órdenes.
Se cuenta este ambicioso planteamiento con formas que recuerdan al cine italiano de los sesenta. Pero aquí están los primeros errores. La simbología es excesiva, pesada, obvia y cansina. La economía de medios que preside los diálogos se vuelve derroche de imágenes, muchas de ellas innecesarias, duplicadas y triplicadas hasta el hartazgo de una cámara que también cansa en la vorágine del detalle. Excesivo.
Lo mismo cabe decir de algunas de las actuaciones, pese a poseer un gran reparto y con lo mejor que recuerdo de Tilda Swinton, hay personajes anclados en una forma de desempeño poco acorde con lo que se pide. Incluso, algunos de ellos, como el personaje que intenta comprar la empresa, prescindible y exagerado.
Sin embargo, merece la pena llegar al final porque allí está la esencia de la película, lo que se quiso contar, como se quiso contar. De forma demoledora, arriesgada, personal y magistral. Si el resto de la película tuviera esa fuerza, estaríamos hablando de algo tremendamente diferente.
Aún así, en general, mantiene el tipo.


Lo mejor: Los últimos minutos
Lo peor: Falta de economía de medios visuales y simbólicos
Interesante.




1 comentario:

  1. A mí me terminó gustando pese a sus fallos, es una pelicula con simplicidad pero que es artistica a la vez, los ultimos minutos estan bastante bien.

    Saludos!!

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